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La banca suiza, cegada por su tradición

El ataque lanzado por EEUU amenaza con socavar definitivamente el secreto bancario suizo RDB

Once bancos suizos se colocaron en serios problemas frente a Estados Unidos al convertirse en sospechosos de encubrir evasión fiscal. Dichas instituciones apostaron por la protección que les brindaba un secreto bancario que creyeron perenne, y al que ahora se resisten a renunciar.

Pero justamente víctima de su éxito, el secreto bancario se está convirtiendo en una amenaza para el futuro de los bancos.

Acusados de ayudar a millares de clientes estadounidenses a evadir impuestos, una docena de bancos suizos se hallan hoy en la mira del fisco y del Departamento de Justicia de EEUU.

En enero pasado, una investigación fue suficiente para lograr el desmantelamiento del Wegelin Bank, el banco privado más antiguo de Suiza. Una audiencia vinculada a este caso tuvo lugar de manera reciente, pero no se presentaron ni directivos ni representantes legales del banco, razón por la que EEUU evalúa sus próximos pasos, como posibles órdenes de detención contra los socios.

Más bancos suizos estarían en riesgo de enfrentar procesos semejantes. “En EEUU, la evasión fiscal es considerada un delito muy serio. Basta recordar como Al Capone fue condenado a una larga pena de prisión por evadir impuestos y no por la larga lista de otros delitos que había cometido”, afirma Robert Vogler, especialista en historia bancaria. 

Distinción incomprensible

¿Por qué los bancos han seguido cobijando la evasión fiscal  si tienen claro que se meterán en grandes problemas? “De alguna forma, han sido cegados por su tradición”, añade Tobias Straumann, experto en historia económica.

Es una tradición suiza de profundo arraigo. Durante décadas, las autoridades prestaron asistencia administrativa a otros gobiernos solo en casos de fraude fiscal, pero no ante las sospechas de evasión. Una sutil distinción legal realizada por Suiza que es incomprensible para otros gobiernos, pero que permitió una larga vida al secreto bancario.

“Los bancos suizos estaban convencidos de que la legislación helvética sería suficiente para proteger sus acciones y creyeron que Suiza sería capaz de defender su propia legislación. Asumieron que eran invencibles, de otra forma no habrían continuado violando la legislación de otros países”, afirmó Straumann.

Caso especial

Los políticos suizos también creyeron lo mismo y estaban firmemente convencidos del “Sonderfall” –caso especial- suizo. “El secreto bancario es de roca” o “el secreto bancario no es negociable”, son solo algunas de las declaraciones realizadas por ministros de finanzas helvéticos de los últimos años.

“No hay que olvidar que si bien los bancos ganaron mucho dinero fácilmente gracias al secreto bancario, también las autoridades cobraron de buena gana enormes ingresos fiscales procedentes de este sector. Los políticos, por lo tanto, no tenían interés en hacer demasiadas preguntas”, destacó Vogler.

“Lo sorprendente es que ahora que los ataques se han vuelto mucho más intensos, los políticos han arrojado la toalla y la legislación suiza parece no ofrecer ningún refugio (a los bancos)”, apuntó Straumann.

“Los políticos se cansaron de tener que estar siempre sacando del fuego las castañas del sector bancario”, añadió.

Pasividad gubernamental

La banca suiza también aprovechó durante años la pasividad de los gobiernos extranjeros. “Durante muchas décadas fue normal no respetar las leyes de otros países y (los bancos) estaban acostumbrados a que las autoridades de estas naciones simplemente no intervinieran. En EEUU, desde los años 30’s, la ley prohíbe a los bancos tener tratos con evasores fiscales. Pero hasta ahora, no había habido realmente consecuencias serias”, refirió Straumann.

“Lo mismo ocurrió en Europa. Cuando Austria y Luxemburgo reforzaron su secreto bancario para asemejarlo al modelo suizo, en 1979 y 1981, respectivamente, no hubo reacciones particulares por parte de otros países europeos. Posiblemente porque la evasión de impuestos había alcanzado ya la cima de la política y la economía”, dijo.

Y hasta antes de la reciente crisis, los ataques contra el secreto bancario eran siempre hechos aislados. Pero las cosas cambiaron, EEUU, la Unión Europea (UE) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) iniciaron una cruzada conjunta contra el secreto bancario. Y en 2008, por primera vez, EEUU colocó en la mira a grandes bancos suizos como UBS o Credit Suisse.

Zona gris

Los grandes bancos subestimaron el endurecimiento de la lucha contra la evasión fiscal iniciada por EEUU, dijo Tobias Straumann. “Muchos altos mandos estaban perfectamente al tanto de los cambios que se operaban, pero no tomaron las medidas extraordinarias que eran requeridas. Pidieron a sus empleados que acataran las nuevas reglas de EEUU, pero los recompensaban simultáneamente por llevar nuevos patrimonios para administrar”.

Puestos bajo investigación, UBS y Credit Suisse abandonaron las prácticas que encubrían la evasión. Pero muchos de sus clientes buscaron otras instituciones y fueron recibidos por bancos como el Wegelin, que actualmente ha sido llamado a responder sobre sus actos ante las autoridades de EEUU.

“Quizás los bancos se dijeron: hay una nueva regulación, pero si somos inteligentes, podemos encontrar agujeros y lograrlo de nuevo. Pensaron que hallarían nuevas ‘zonas grises’ en lo jurídico, pero es muy peligroso incursionar incluso en esas áreas grises”.

Acuerdo global

Para evitar un futuro aún más complejo, los bancos suizos han pedido al gobierno suizo negociar un acuerdo global con Washington.

“Debemos evitar que otros bancos caigan bajo acusaciones en el futuro, porque esto afectaría la reputación de toda la plaza financiera. Es importante obtener un acuerdo global que termine de una buena vez con el pasado”, dijo Rebeca García, portavoz de la Asociación Suiza de Banqueros (ASB).

Los bancos suizos quieren terminar con el pasado, pero ¿están dispuestos realmente a terminar también con la tradición del secreto bancario? Y qué precio tendrían que pagar: ¿Sería igualmente exitosa la plaza financiera suiza sin la citada confidencialidad?

Vogler está convencido de que sí. “No fue necesario el secreto bancario para animar a muchos europeos a depositar su dinero en Suiza durante los últimos años, lo hicieron porque temían la fragilidad de sus monedas y porque se cernían sospechas sobre la solvencia de sus bancos y gobiernos”, dijo.

“Ante todo, los bancos suizos representan un puerto seguro en donde los ahorros mantendrán siempre su valor. E incluso en el presente, en plena crisis del euro, este fenómeno sigue presentándose”, puntualizó.

Introducido en los años 30’s, el secreto bancario protege la confidencialidad del cliente.

No obstante, la legislación contempla que puede ser anulado en el caso de que el cliente haya cometido un delito y esté bajo investigación, o cuando incurra en fraude fiscal.

Hasta hace un par de años, el gobierno suizo garantizaba la colaboración administrativa con otros gobiernos solo en casos de fraude fiscal, pero no cuando había evasión (por omisión, intencional o no, de declaración de activos ante las autoridades).

En 2009, el gobierno suizo tuvo que entregar información confidencial sobre 4.250 cuentas de clientes del UBS al gobierno de EEUU por haber promovido la evasión entre ciudadanos de este país. Las autoridades estadounidenses  habían amenazado con aplicar una pena de gran envergadura al banco –como retirar su licencia de operación en EEUU- si no cumplía con esta demanda.

En enero pasado, Washington anunció que 11 bancos suizos –o de otras nacionalidades pero con operación en Suiza- eran investigados por la justicia de este país y solicitó que Berna entregara información sobre miles de clientes.

Como resultado de la presión internacional, Suiza ha firmado alrededor de 30 convenios para evitar la doble imposición (CDIs) durante los últimos tres años, en los que se compromete a colaborar con las autoridades de otros países ante sospechas de evasión, como lo piden los estándares de la OCDE.

De acuerdo con un estudio elaborado por la consultora KPMG y la Universidad de San Gallen, los bancos suizos se están quedando a la zaga en la aplicación de estrategias orientadas a atraer y administrar “dinero limpio”, una condición que implica la declaración de activos antes las autoridades fiscales.

De acuerdo con esta investigación, solo una cuarta parte de los bancos privados suizos prevé instrumentar una estrategia al respecto dentro del próximo año. Y cuatro quintas partes estiman que realizarán cambios durante los próximos cinco años.

El mismo trabajo afirma que, dos terceras partes de los bancos privados de Singapur y Hong Kong, y tres cuartas partes de los de Luxemburgo, ya han adoptado modelos de negocios coherentes con los requerimientos de las autoridades fiscales de otros países.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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