Los OGM no son la panacea contra el hambre
Un comité oficial de expertos suizos rechazó este jueves que los Organismo Genéticamente Modificados (OGM) sean la única vía para combatir el hambre en el mundo.
Los especialistas advirtieron que faltan aún investigaciones sobre el impacto de la ingeniería genética.
El Comité de Ética en Tecnología No Humana urgió una mayor coordinación entre los programas de investigación financiados por el gobierno para contribuir a mejorar la provisión de alimentos en los países en vías de desarrollo.
El organismo dio a conocer un estudio cuya publicación se produjo tres meses después de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura publicara su propio informe sobre los efectos ambientales de los cultivos de los OGM.
Estados Unidos ha asegurado que tales productos pueden contribuir a solucionar las necesidades “de centenares de millones” de personas que carecen de alimentos suficientes.
Sin embargo, esa postura ha sido blanco de innumerables críticas por parte de especialistas que consideran que la propuesta de vender tales productos al mundo en desarrollo no resuelve la compleja problemática del hambre y la desnutrición.
’Simplificación’
“Se trata de una simplificación que pretende que el estado de cosas en torno a los alimentos mejorará de manera fundamental con la tecnología genética”, subraya el informe del comité suizo.
Los autores manifiestan que los proyectos de investigación financiados por el Estado no deberían dar preferencia a tal tecnología.
En su texto, los especialistas hacen un llamado a la comunidad científica para que considere otras opciones y establecen que, a menudo, métodos alternativos resultaron más prometedores y produjeron mejores resultados.
Florianne Koechlin, biólogo renombrado y crítico de la tecnología genética, se refirió específicamente a las preocupaciones de la mayoría de los miembros del comité en el sentido de que la extensión de cultivos de OGM podría conducir a la extinción de algunas plantas y especies.
Christoph Stückelberger, de la organización humanitaria suiza Pan para el Prójimo, destacó por su parte la necesidad de tener en cuenta el riesgo de que la tecnología moderna soslaye aspectos religiosos y sociales en las prácticas agrícolas del mundo en desarrollo.
Derecho a decidir
El comité enfatizó que los ciudadanos del mundo en desarrollo y aquellos de los países desarrollados tienen el mismo derecho a una dieta suficiente y sana y tienen también el derecho de decidir por sí mismos la manera en que se produce el alimento que se llevan a la boca.
Los expertos añadieron que era vital asegurar que el empleo de tecnología genética en países en vías de desarrollo genere tensiones al interior de las sociedades o en las relaciones con otras naciones.
Se manifestaron también porque los países industrializados proporcionen mayores informaciones sobre las tecnologías en cuestión, a fin de que las naciones concernidas puedan tomar las decisiones convenientes.
El comité de expertos suizos destacó que el objetivo del informe era el de contribuir al debate sobre la tecnología genética y asesorar a los políticos suizos y a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) sobre el particular.
swissinfo y agencias
El Comité de Ética en Tecnología No Humana lanzó una advertencia sobre el riesgo de enfocar las investigaciones sobre alimentación en las tecnologías genéticas.
El organismo, creado en 1998, reúne a 12 expertos de diversos sectores: medicina, biología y filosofía.
En el 2003 se realizaron cultivos de OGM en más de 65 millones de hectáreas en 18 países.
Casi siete millones de agricultores, una tercera parte de los cuales vive en países desarrollados, producen OGM.
La tecnología genética es usada más a menudo producir soja, maíz, algodón y aceite de semilla de colza.
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