Nestlé analiza la venta de Perrier
La famosa gaseosa francesa camina hacia un abismo financiero; sus empleados rinden tres veces menos que la competencia y vende la mitad de botellas que hace 15 años.
Nestlé Waters Francia les ofrece 1.047 jubilaciones anticipadas y ante su negativa, opta por el “divide y vencerás”.
El “Divide y vencerás» de Napoléon Bonaparte se sacude el polvo y vuelve a la carga dos siglos después de ser acuñado en territorio francés.
Curioso, porque es justamente Nestlé Water (NW) Francia, brazo del gigante alimentario helvético Nestlé, quien retoma esta premisa de batalla para enfrentar la crisis de rentabilidad que enfrenta Perrier.
A principios del 2004, Nestlé Waters propuso jubilar de forma anticipada a unos 1,047 obreros franceses entre el 2004 y el 2007.
Su objetivo era reducir sus costos fijos, para volver a ser competitiva.
A cambio, ofreció que no habría despidos “en seco”, es decir, todos serían de carácter voluntario, para mayores de 55 años y protegiéndoles financieramente.
El escenario, sin embargo, no gustó nada desde la perspectiva obrera.
En Francia hay un índice de desempleo cercano al 10% con respecto a la población activa, el triple que en Suiza. Así que, los sindicatos menores apoyaron la iniciativa, pero el más poderoso, el CGT, que representa a 85% de los 4.100 trabajadores que tienen Nestlé Waters en Francia, se negó rotundamente.
A dividir…
Para entender el conflicto Nestlé Waters hay que poner todas las cartas sobre la mesa.
Este grupo empresarial suizo poseé cuatro fábricas en Francia: Contrex y Vittel, ambas ubicadas en Les Vosges; Quézac, en Lozere; y por último, Perrier, en Vergeze, en el sureste francés. Esta última es la que está en problemas financieros.
Así, tras nueve meses de disputas, NW decidió celebrar ayer (15.09) un comité de carácter extraordinario en su sede de Issy-les-Moulineaux, en las afueras de París, para definir el futuro de Perrier.
La conclusión: la “filialización”, como describió NW o, dicho sea en palabras llanas, el “divide y vencerás”.
Esto es, habrá una modificación en los estatutos jurídicos de forma tal que exista una escisión de actividades, una separación legal de las cuatro empresas de Nestlé Waters Francia, en lugar de mantenerlas unidas –como sucede hoy- a partir de una “cabeza empresarial” común.
El esquema debe consultarse con Consejo de Administración de Nestlé y con los empleados (en octubre); y si se materializa, como está previsto, sería la antesala para una venta de Perrier, como confirmó la misma NW.
Y aunque aún falta para eso, ya se barajan posibles interesados como Coca-Cola, Carrefour e, incluso, algún fondo de pensión.
La cara económica
La producción de Perrier empeora año con año. A mediados de los 80´s, producía 1.200 millones de botellas anuales; para 1990 –y luego de la crisis de credibilidad que experimentó al descubrirse que 280 millones de botellas podían estar contaminados con benceno-, Nestlé asumió el reto de comprarla y enderezarla.
No lo logró. El entorno económico, la baja productividad de los empleados y la creciente competencia de otras marcas, la llevó a producir sólo 640 millones de botellas en el 2003. Y el futuro no pinta mejor. De ahí que en enero se haya decidido dar un viraje en su política empresarial.
Desde un razonamiento puramente económico, Perrier dejó de ser negocio. Con el mismo personal, su principal competidora en agua gaseosa, San Pellegrino, produce el triple de botellas al año.
La cara humana
Los 4.100 trabajadores franceses de Nestlé Waters están lejos de apoyar el raciocinio financiero de Nestlé y de su fábrica de Perrier.
Se sienten amenazados por el proyecto de licenciamiento de empleados. Y como saben que la empresa actuará en función de sus intereses, se oponen utilizando todas las herramientas a su alcance.
De entrada, en julio pasado se acogieron a la llamada Ley Fillon, que en Francia permite el “derecho de oposición” y el diálogo social con los patrones de las grandes empresas cuando los obreros rechazan sus decisiones.
Los trabajadores temen quedarse sin un empleo fijo y se oponen también a la idea de que Nestlé venda la fábrica de agua embotellada de Perrier, pero ojo, sin otorgar la marca.
Es decir, Nestlé es dueña de la marca “Perrier”, lo que en teoría le permite producir gaseosa en otro lugar del mundo y conservar el nombre, aunque la fuente original de la tradicional agua Perrier está ubicada en Francia y lleva este nombre.
Tras el encuentro de este miércoles, restan una serie de deliberaciones entre la empresa y los empleados, que darán paso a un desenlace que previsiblemente llegará a su fin antes de que concluya octubre del 2004.
Swissinfo/Andrea Ornelas en Francia
Nestlé Waters Francia tiene 4.100 empleados en territorio francés
Perrier vendía 1.200 millones de “botellitas verdes” de agua en los 80´s. A principios de los 90’s 850 millones y en 2003 sólo 650 millones. Y sigue en descenso.
Nestlé Waters Francia anunció en enero del 2004 su intención de jubilar de forma anticipada a 1.047 trabajadores.
Su intención era conseguir una reducción permanente de costos que a Perrier, una de sus marcas, competir en el mercado.
El CGT, el sindicato francés más poderoso en el sector de las aguas embotelladas, se negó absolutamente y han transcurrido nueve meses de enfrentamientos.
Este miércoles (15.09), NW sostuvo una reunión de carácter extraordinario para definir el futuro de Perrier.
En principio hará una separación legal entre las cuatro empresas que tiene en Francia, lo que facilitaría en el futuro la posible venta de Perrier.
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