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La iglesia-fortaleza de Valère, la mayor de Suiza

Dedicada a Nôtre Dame de Valère, se eleva imponente en una de las colinas de Sion. Desde allí se aprecia también la muralla del castillo de Tourbillon, en el cerro opuesto.

La guía de la Oficina de Turismo de Sion, Isabel von Roten, nos conduce a la Basílica de Valère.

Las fortificaciones de Valère y Tourbillon son, indiscutiblemente, las figuras emblemáticas de la ciudad suiza de Sion, que además está llena de otros encantos a descubrir por el visitante.

Desde la ciudad se llega a ambas fortalezas desde varios caminos entre escalinatas e inclinadas calles empedradas. Desde la Rue de Châteaux, el ascenso inicia, a la izquierda, hacia Tourbillon, y hacia la derecha, hacia Valère.

El castillo de Tourbillon fue construido por el obispo Boniface de Challant a finales del siglo XIII. Aunque la edificación quedó destruida por un incendio en 1788, aún puede verse la muralla almenada y pinturas murales.

Aldea fortificada

En la colina gemela se halla la iglesia-fortaleza de Valère.

Los anchos escalones de piedra que nos conducen a ella y el sol destellante que ilumina los viñedos entre las rocas, nos hacen detener el paso para ver el paisaje y tomar un poco de aire.

La capilla dedicada a Todos los Santos precede nuestro arribo a la fortificación.

«Después de esta subida al castillo de Valère, estamos en la entrada, situada al noreste. La única manera de ingresar en esta aldea fortificada era a través de un puente levadizo, después había una reja y una tercera puerta de madera que aún existe», explica la guía de la Oficina de Turismo de Sion, Isabel von Roten.

Situada a 621 metros de altitud, la iglesia fortificada de Valère es un legado casi intacto de la historia de Sion.

Residencia de canónigos

«Valère fue conocida ya desde el siglo XI, pero se piensa que los romanos seguramente habían puesto un tipo de santuario aquí arriba, porque en la colina de enfrente, la de Tourbillon, se han encontrado restos de la época de los romanos.»

Esta iglesia, construida entre el siglo XII y XIII, fue residencia de los canónigos del Capítulo de la Catedral de Sion, quienes habitaron allí hasta los tiempos de la Revolución Francesa.

Von Roten indica que se trataba de «personas muy eruditas, que copiaban manuscritos y que también ayudaban al obispo a manejar la diócesis, pero que querían ser independientes».

«Hay manuscritos que remontan al siglo IV. Muy antiguos, unos de los más antiguos de Europa. Por suerte el incendio de 1788 no destruyó nada. Aquí todo fue preservado»

A distancia de los males de la época

Los canónigos estaban obligados a residir en esta fortaleza. En la Edad Media vivían aquí alrededor de treinta de ellos, más sus sirvientes y guardias.

«La iglesia, que es el edificio mas alto de la aldea, y que probablemente participaba en la defensa del sitio fue construida entre el siglo XII y XIII por esos canónigos que buscaban una cierta paz para poder rezar y retirarse.»

Los religiosos mantenían distancia de los males de la época que acosaban a la población.

«Estos canónigos vivían totalmente de forma independiente de la ciudad. Se autoabastecían. Aquí se observa el techo de la cisterna. Colectaban toda el agua que caía de los techos de todas las casas. En el edifico occidental hay un molino para el trigo, el maíz que cultivaban sobre la ladera de las montañas. Tenían ovejas, o sea, vivían de manera independiente.»

Seis puertas para el acceso

Seis portales fortificados daban la seguridad a los religiosos de que nadie indeseado transgrediera el santuario. El sexto antecede finalmente a la gran puerta de madera de la iglesia.

«Una iglesia con una puerta de entrada monumental. Es la iglesia fortificada más grande de toda Suiza. Se ha construido así porque los canónigos hacían las procesiones al interior», describe von Roten.

Dentro, una luz como filtrada por un fino cedazo emblanquece el aspecto de la iglesia «iniciada sobre un plan tipo basilical, en forma de cruz latina habitual y en estilo románico».

En el siglo XII «deciden continúan en estilo gótico, pero no hay una interrupción brusca de estilos, lo que hace el edificio aún muy armonioso».

Pasaje entre los estilos románico y gótico

Las construcciones más primitivas se encuentran en el coro, que en un primer tiempo fue una bóveda románica típica, con las capillas laterales.

En la última mitad del siglo se construyen los arcos que «muestran el pasaje entre el románico y el gótico y los famosos capiteles con influencias italianas y francesas muy pronunciadas. Son muy particulares para los especialistas que vienen a estudiarlos».

Entre las figuras en los relieves de los remates de las columnas aparecen escenas bíblicas, de piñas, caracoles, follajes, máscaras…

Probable camino a Roma o a Santiago de Compostela

«Lo que más interpeló a la gente es la conchilla que usan los peregrinos de Santiago de Compostela. Aquí no hay mar. No sé sabia porqué habían puesto esas conchas y finalmente se piensa que Valère era un punto de paso para los peregrinos que venían de Alemania y que se dirigían hacia Roma o hacia Santiago.»

En el siglo XIII se construye la galería que separa al coro del trascoro y que sólo se puede ver en tres iglesias europeas. Allí se daba lectura durante la misa, de un lado a las epístolas canónicas, y del otro, al evangelio, describe Von Roten.

La nave gótica es de la segunda parte del siglo XIII y del XIV es la pasarela de madera en lo alto, signo del aspecto defensivo del sitio:

«A la iglesia se le agregan las almenas, se crea todo un pasaje para que los guardias puedan circular alrededor de la iglesia. Atravesaban por esta pasarela para ir de un lado y otro», señala con el dedo hacia el «puente» de madera, cercano al techo.

Carlomagno representado como santo

También de ese tiempo son las cuatro torres a cada ángulo exterior del templo, unidas a una muralla de la cual quedan algunos restos.

Hoy día aún puede verse un tercio de la obra mural del siglo XV en el coro, ya que en el siglo XVII, en la época barroca, «todo fue cubierto por cal».

Los apóstoles, los profetas, los reyes del antiguo testamento «que gustaban a los canónigos y que no se ven cuando uno está en la nave», en el lado donde los fieles podían escuchar la misa.

En el registro pictográfico visible para ellos se encuentra San Théodule, el primer obispo de Sion y quien es el santo patrón de la ciudad, y Santa Catarina, patrona de los filósofos y también la patrona de Valère.

También «se ve a Carlomagno, la única vez que se ve representado como un santo porque protegió a la Iglesia Católica aquí», comenta la guía.

Ingreso al coro, sólo con guía

Una pintura de autor anónimo de 1450 atrae por su peculiar belleza y trazo primitivo.

«Es la visita de los Reyes Magos que vienen a adorar a Cristo que acaba de nacer. Es muy especial porque han representado dos veces el lugar donde nació Cristo», son algunas de las palabras de la detallada descripción de Isabel von Roten, quien incluso nos señala las «heridas» que la navaja de una banda de jóvenes malhechores han dejado en el lienzo.

Por ello, sólo con llave y acompañados de un guía se puede ingresar al coro (Los horarios de las visitas están marcados en un retablo).

La sillería

Los tallados de la sillería realizados entre 1662 y 1664 representan la Pasión de Cristo. «Hay escenas que ustedes no van a ver en ningún lado como por ejemplo el pasaje del Cedrón.»

«Otra es la del racimo de uvas; comparan a Cristo con el que al ser presionado da el buen vino», muestra Von Roten.

«Son escenas un poco rústicas, pero de gran interés icnográfico porque están basadas principalmente en los evangelios, pero también en los evangelios apócrifos.»

El órgano más antiguo aún en uso

Empostrado como un nido de golondrinas se encuentra el órgano.

«Este órgano es considerado el más antiguo del mundo sobre el cual aún se puede tocar», advierte Von Roten.

«Valère es conocido por este pequeño órgano que data de fines del siglo XIV, principios del XV, venido de Montpellier, Francia y que tiene todas sus partes originales, excepto la que manda el aire. Es un órgano muy particular.»

Tan particular como la propia iglesia fortificada que lo alberga, uno de los diversos atractivos de Sion, la capital del cantón suizo del Valais.

En Más sobre el tema: ‘Los tesoros del casco antiguo de Sion’ y ‘Sion, «la ciudad más antigua de Suiza»

swissinfo, Patricia Islas Züttel

También conocida bajo el nombre de Castillo de Valère, está es una iglesia fortificada situada en la colina homónima en la ciudad de Sion, capital del cantón suizo del Valais.

Valère obtiene el grado de basílica menor durante la visita del Papa Juan Pablo II en 1984, quien pidió a la juventud católica local renovar la vida de la iglesia, efectuando misas diariamente. Un deseo hecho realidad tres años después.

No obstante, actualmente sólo hay misas los sábados por la mañana.

También en esa aldea fortificada se encuentra el Museo Cantonal de Historia, donde se presentan piezas antiguas que muestran la vida años atrás en esa región.

Un atractivo a nivel mundial es el Festival Internacional de Órgano antiguo y de Música antigua que se realiza cada verano desde 1969 en la iglesia de Valère, donde se utiliza, según se afirma, el órgano más antiguo del mundo aún en uso.

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