«Un gesto de confianza del Papa hacia Suiza»
Entre los nuevos cardenales de la Iglesia Católica designados esta semana figura el suizo Georges Cottier, teólogo personal del Papa.
El nuevo purpurado, que lleva 14 años en el Vaticano, ha concedido una entrevista a swissinfo.
swissinfo: Cardenal Cottier, alguien lo ha definido como “el guardián del templo” por su papel en el Vaticano. ¿Qué significa eso?
Cardenal Cottier: Mi tarea consiste en releer los textos preparados por el Santo Padre para verificar que sean claros desde el punto de vista de la doctrina y que estén libres de ambigüedad.
Porque son muchas las personas que redactan estos textos y vienen de horizontes diferentes. Por esa razón se necesita alguien con una visión unitaria del pensamiento.
swissinfo: Con su nombramiento como cardenal, Suiza se convierte en un país muy bien representado en el restringido círculo de purpurados: tres cardenales de un país tan pequeño donde, además, al lado de los católicos existe una fuerte tradición protestante. ¿No hay riesgo de crear un desequilibrio?
Cardenal Cottier: Espero que no. La designación al cardenalato es un gesto de gran confianza por parte del Santo Padre hacia nuestro país. Y nuestros hermanos protestantes comprenden sin duda que depende de la estructura de nuestra iglesia. Por eso no puedo imaginarme que el hecho de tener tres cardenales suizos cree problemas.
Es más, con motivo de mi nombramiento recibí muchos testimonios por parte de amigos protestantes que me han emocionado.
swissinfo: En los últimos años, la Iglesia Católica en Suiza ha vivido momentos difíciles, con la fundación de la comunidad integrista de Écône, la contestación del obispo conservador Haas o la paternidad del obispo Vogel. ¿Cómo juzga estos episodios?
Cardinal Cottier: Verdaderamente, para Suiza el de Écône fue como un cuerpo extraño, porque eran franceses tanto el obispo Lefèbvre como el núcleo de sus partidarios. No obstante, es verdad que también en Suiza, sobre todo en el cantón Valais, algunos han sufrido por la forma un poco brutal con la que se aplicó la reforma litúrgica.
El caso del obispo Haas concierne sobre todo a una persona. Y depende también de la peculiaridad de Suiza, donde algunos cantones también pueden dar su opinión en asuntos de la iglesia. Además, en Roma se ha reflexionado mucho sobre cuestión, porque si se destituye a un obispo, cediendo a las protestas, se sienta un precedente. Y Roma piensa en términos universales.
El del obispo Vogel de Basilea es un caso de miseria humana, como otros que se han registrado en la historia de la iglesia. Y tenemos que tener misericordia de las debilidades y rezar por todos, también por nuestros obispos y sacerdotes.
swissinfo: En Suiza muchos católicos se muestran reacios a las tendencias centralizadotas y de las jerarquías del Vaticano. Muchos piensan que la Iglesia Católica, contrariamente a la protestante, sufre un ‘déficit democrático’. ¿Cómo ve usted este problema?
Cardenal Cottier: Ante todo, el criterio democrático no puede ser aplicado a la Iglesia sino por su propia naturaleza y jerarquía.
Pero existen también muchos prejuicios: por ejemplo, se exagera mucho el centralismo romano. Llevo catorce años aquí y veo que se realizan muchas consultas, muchas comisiones.
El Papa toma sus decisiones después de haber escuchado a muchas personas, y no todas de la misma tendencia.
swissinfo: Juan Pablo II se ha perfilado como un Pontífice sensible a ciertas tendencias modernizadoras, contra la globalización desenfrenada, a favor de los pobres, contra la guerra. Un papa muy moderno, que no obstante también ha emitido muchas señales contradictorias sobre la moral sexual.
Cardenal Cottier: No sé si son contradictorias. Habría que analizar si no hay una lógica en este comportamiento del Papa.
Uno de los males del mundo para el Pontífice es el liberalismo filosófico. Si el hombre mismo es fuente del bien y del mal, todo va a la deriva, porque nos situamos en el relativismo total, sin criterios objetivos. Y el hombre está abandonado a su individualidad, con todos los peligros que de ella se derivan.
Desde el inicio, el Papa ha insistido en los problemas de la vida de pareja, de la familia, de la vida sexual. Y también en la doctrina social de la Iglesia. Y ahí se entiende también su empeño a favor de la solidaridad, contra la globalización desenfrenada, que significa el predominio de los fuertes sobre los débiles.
Lo mismo se aplica a los individuos. La libertad individual sin norma ética es causa no sólo de división, sino también de poder y de humillación en el ámbito de las relaciones humanas.
swissinfo: En su opinión, ¿qué imagen de Juan Pablo II pasará a la historia?
Cardenal Cottier: Una imagen formada de contrastes, entre la figura del hombre fuerte, muy mediatizado que era antes, y la del actual enfermo que sufre mucho.
Pero, sobre todo, una imagen de Cristo sufriendo, mientras vive profundamente el misterio de la cruz. Nuestra sociedad trata de olvidar el sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Y ahora un hombre que recuerda la existencia de muchos ancianos, de muchos inválidos, de muchos enfermos, está haciendo un gran servicio a la sociedad. Esta será una imagen fuerte, que persistirá en el tiempo.
Entrevista swissinfo: Paolo Bertossa y Mariano Masserini
(Traducción: Belén Couceiro)
Juan Pablo II ha nombrado a 31 nuevos cardenales, cuyo número se eleva ahora a 195.
Entre ellos figuran tres suizos: Henry Schwery, Gilberto Agustoni y Georges Cottier.
Monseñor Cottier, de 81 años, es una de las personas más cercanas del Pontífice.
Este dominico y antiguo profesor de filosofía en las universidades de Ginebra y Friburgo se encarga de revisar, antes de su publicación, todos los escritos del Papa.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.