Irán se viste de luto para conmemorar la muerte de la figura más sagrada del islam chiíta

Aydin Shayegan

Teherán, 11 jul (EFE).- Irán se viste de luto para conmemorar el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, asesinado en una batalla en el desierto de Karbala hace 14 siglos, un acontecimiento que muchos iraníes viven como si hubiera ocurrido hoy.

Cientos de personas vestidas de negro se congregaron en la noche del martes en la calle Saadat Abad de Teherán y protagonizaron una de las cientos de ceremonias de duelo que se celebran en el país por el comienzo del primer mes del calendario lunar, Moharram, rememorando la muerte del tercer imán de los chiíes en Karbala, Irak, un evento que significó el inicio de la división entre sunitas y chiítas.

Los participantes en la procesión marcharon a ritmo de tambores y cánticos especiales acerca de los acontecimientos de Karbala, golpeándose el pecho con la palma de la mano y la espalda con pequeños látigos de cadenas metálicas.

Varios hombres se encargaron de portar por turnos el ‘Alam’, una estructura metálica de más de 100 kilos, decorada con plumas y estatuillas de animales, que se ata al cuerpo con cintas de cuero.

“Es una forma de demostrar nuestra tristeza y pesar por la muerte de nuestro querido imán que perdió la vida por luchar contra la opresión, en una batalla injusta”, comenta a EFE Fatemeh, una vecina de Teherán que participa en una procesión en el norte de la capital iraní.

Batalla de Karbala

Los dolientes recordaron el martirio en el año 680 del imán Husein y sus 72 seguidores, entre ellos miembros de su familia, que fueron masacrados por el ejército de 30.000 hombres del entonces califa omeya Yazid.

Una batalla que se llevó a cabo días después de que los soldados de Yazid cortaran el acceso al agua del Éufrates a los hombres de Husein.

“Sedientos y hambrientos en el desierto, el imán Husein y sus acompañantes lucharon hasta la última gota de sangre, en el día de Ashura (el décimo día), que marca la festividad más emblemática de los chiíes en todo el mundo”, relata Mohammad de 39 años, organizador de la ceremonia de luto en el norte de Teherán.

Mientras Ali, un joven de 34 años que se encarga de tocar tambor en la procesión, considera que la batalla de Karbala “fue una lucha por el verdadero islam”.

“El imán (Husein) es símbolo de la lucha contra la crueldad y la opresión”, agrega.

Fiestas y diversiones prohibidas

Además de Moharram, el segundo mes del calendario lunar, Safar, también es época de luto en Irán, ya que se cumplen los 40 días del martirio del imán Husein, conocido como Arbain, y se conmemora también la muerte del profeta Mahoma, el día 12 de Safar.

En la República Islámica de Irán, un país chií, una de las ramas del islam, están prohibidas las fiestas, incluidas las bodas, durante estos dos meses.

La televisión estatal cambia su programación habitual, cancelando los programas de entretenimiento y cómicos, y en su lugar transmite ceremonias de luto.

Los cines están cerrados en ciertas fechas y las comedias se dejan de emitir de la pantalla de los cines.

Los iraníes vuelven a su vida normal después de conmemorar el día de Arbain.

La gran peregrinación de Arbain

La peregrinación de Arbain es una de las reuniones públicas más grande del mundo que se lleva a cabo cada año en Karbala al final del período de luto de 40 días después del martirio del nieto del profeta Mahoma.

Cómo promedio, unos 20.000.000 de personas de todo el mundo se congregan en mausoleo del imán Husein en estas fechas en Irak.

Miles de iraníes hacen el viaje a pie, en lo que se conoce como la caminata más larga del mundo, ya que para llegar desde Teherán a Karbala hay que recorrer casi 1.000 kilómetros.

“He estado varias veces en Karbala en el día de Arbain. En dos ocasiones he ido desde Teherán caminando como una muestra de solidaridad con el sacrificio del imán Husein por la justicia y el islam”, relata Marzieh de 50 años, una mujer creyente vestida con chador.

Es la historia de muchos iraníes fieles a su religión, que consideran que el islam sigue vivo gracias a la batalla de Karbala. EFE

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