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Lucha contra el aumento de medicamentos falsos

medicamentos falsificados
El tráfico de medicamentos falsificados es una de las actividades delictivas que está creciendo más rápido en el mundo. Keystone -SDA

La venta de medicamentos falsificados está en auge en todo el mundo, poniendo en peligro miles de vidas. ¿Por qué es tan difícil frenar esta oleada de medicamentos falsos?

A simple vista, los dos comprimidos del medicamento Janumet contra la diabetes parecen idénticos. Ambos llevan grabado el número ‘577’ con el mismo tipo y tamaño de letra. Solo cuando Stéphanie Beer, forense del grupo farmacéutico MSD, las pone bajo un macroscopio 3D aparecen las minúsculas diferencias. En un comprimido, el número ‘577’ está grabado a una profundidad ligeramente inferior a la de un comprimido auténtico producido en una fábrica de MSD.

«Para la gente común (no experta), los medicamentos falsificados suelen ser imposibles de distinguir de los originales», explica Beer durante una visita guiada por el laboratorio forense de MSD en Schachen, al suroeste de Zúrich. «Sin poner el original al lado, es difícil ver que se trata de una falsificación».

El conjunto de profesionales forenses del equipo de integridad de productos de MSD, conocido como Merck & Co. en Estados Unidos, están formados para buscar este tipo de detalles. Tienen formación en química forense y detección de medicamentos falsificados. Algunos han trabajado para la Interpol y otros organismos de lucha contra la delincuencia.

El tráfico de medicamentos falsificados es una de las actividades delictivas de más rápido crecimiento en el mundo. Los analistas estimanEnlace externo que el mercado mundial mueve anualmente entre 200.000 millones de dólares (180.000 millones de francos suizos) y 432.000 millones de dólares. Eso quiere decir que, los productos farmacéuticos falsificados son la actividad ilícita número uno, por delante de otras actividades económicas clandestinas como la prostitución, la trata de seres humanos y la venta ilegal de armas.

Aunque se cree que India, el mayor exportador de medicamentos genéricos, es la mayor fuente de medicamentos falsificados, no es el único responsable. La mayoría de las 278 muestras investigadas por el laboratorio de MSD en Schachen en 2023 procedían de Turquía, Ucrania y Egipto.

No se dispone de datos precisos sobre el número total de medicamentos y vacunas falsos que circulan por el mundo, pero el Instituto de Seguridad Farmacéutica, una organización formada por las 40 mayores compañías farmacéuticas del mundo, informóEnlace externo de un aumento del 38% en el tráfico de medicamentos falsificados en 137 países de 2016 a 2020. Solo de 2021 a 2022, hubo un incremento del 10% en los incidentes de delitos farmacéuticos denunciados, incluidos los medicamentos falsificados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaEnlace externo que alrededor del 10% de los productos médicos que circulan en los países en desarrollo son falsificados o de calidad inferior.

Los expertos afirman que estas cifras son solo la punta del iceberg.

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«Cada vez detectamos mejor los medicamentos falsificados gracias a medidas como la mejora de la trazabilidad, pero el problema no disminuye», afirma Cyntia Genolet, especialista en medicamentos falsificados de la Federación Internacional de Asociaciones de Fabricantes Farmacéuticos (IFPMA), un grupo de presión del sector con sede en Ginebra.

No solo se falsifican medicamentos tan populares como la Viagra, una pastilla para tratar la disfunción eréctil. Las autoridades detectan cada vez más antibióticos y analgésicos falsificados, como el fentanilo, así como terapias contra el cáncer y medicamentos para adelgazar como el Ozempic. Algunos contienen sustancias químicas nocivas. Otros carecen de principio activo o tienen la dosis incorrecta, lo que puede tener efectos peligrosos e incluso mortales en los pacientes.

Los medicamentos falsos matan a más de 500.000 personas al año, según las Naciones UnidasEnlace externo. La Oficina de Periodismo de Investigación descubrióEnlace externo que versiones falsificadas o de calidad inferior de un medicamento contra el cáncer infantil se habían extendido a más de 90 países, poniendo en peligro a unos 70.000 niños por la ineficacia del tratamiento.

La OMS distingueEnlace externo entre medicamento falsificado y medicamento de calidad inferior. Por medicamento falsificado se entienden los productos médicos que tergiversan de forma deliberada o fraudulenta su identidad, composición o procedencia. Hay cuatro tipos de falsificación: la falsificación (los que no respetan los derechos de propiedad intelectual), la manipulación, el robo y el desvío ilegal. Un medicamento de calidad inferior es un producto médico autorizado que no cumple las normas de calidad o las especificaciones, o ambas.

El cáncer asusta a Europa

La falsificación de medicamentos es un problema desde hace décadas, pero Europa recibió un toque de atención en 2010. En los mercados estadounidense y europeo aparecieron versiones falsificadas de Avastin, un anticuerpo monoclonal contra el cáncer comercializado por el gigante farmacéutico suizo Roche. Las autoridades se apresuraron a asegurarse de que los pacientes no sufrieran daños y a investigar cómo acabaron las imitaciones en las estanterías de los hospitales.

«Los reguladores europeos se dieron cuenta de que la falsificación de medicamentos no era un problema lejano. Estaba aquí mismo, en los mercados maduros de Europa», señala Nicolas Florin, responsable de la Asociación Suiza para la Verificación de Medicamentos (SMVO).

Los 46 miembros del Consejo de Europa, entre los que se encuentra Suiza, adoptaron en 2010 el Convenio sobre Medicamentos Falsificados, que tipificaba como delito la falsificación de medicamentos y condujo a la creación de la Directiva sobre Medicamentos Falsificados de la Unión Europea (UE) en 2011. La Directiva establece medidas armonizadas para aumentar la seguridad de la fabricación y el suministro de medicamentos en Europa y proteger a los pacientes.

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En 2019, la UE diO a conocer un sistema de verificación que exige a los fabricantes de medicamentos añadir una matriz de datos 2D con un código de producto, un número de serie individual, una designación de lote y una fecha de caducidad a cada paquete vendido en Europa. Los farmacéuticos escanean los envases para comprobar que están en el sistema. El sistema se ha adoptado voluntariamente en Suiza, pero se espera que sea obligatorioEnlace externo en 2026.

Cada semana se realizan entre 200 y 300 millones de escaneos en toda Europa. Además, Interpol, organismos reguladores de los medicamentos, como Swissmedic, y fuerzas del orden incautan e investigan los medicamentos falsificados en las fronteras europeas y los que se venden por Internet. El año pasado, la Oficina de Aduanas y Seguridad Fronteriza de Suiza incautó más de 6.600 medicamentos ilegales.

«Las posibilidades de que un medicamento falsificado llegue a un paciente en un hospital o una farmacia de Suiza son inferiores al 1%», afirma Florin. La cifra es ligeramente superior en otras partes de Europa, pero sigue siendo muy baja. «El sistema de la UE ha enviado a los delincuentes el mensaje de que si intentan entrar en el mercado europeo, les pillarán». La directiva de la UE también obliga a las farmacias en línea a exhibir un logotipo común, pero puede copiarse fácilmente y quienes los consumen no suelen verificarlas. Interpol cerró 1.300 sitios web en una operación contra la medicina ilegal que duró una semana.

El problema de la escasez

Aunque los pacientes de la UE están ahora mejor protegidos, la falsificación de medicamentos sigue estando muy extendida, sobre todo en los países en desarrollo, que carecen de la infraestructura o la financiación necesarias para llevar a cabo los controles que ahora son habituales en Europa.

Los precios por las nubes y la creciente escasez de muchos medicamentos y suministros médicos, agravada por la pandemia del Covid y las farmacias en línea no reguladas, agravan el problema.

Los médicos de Kenia, que fueron entrevistados por SWI swissinfo.ch durante un viaje de investigación para la publicación de otros artículos hace dos años, dijeron que a menudo buscan proveedores alternativos en Internet para los medicamentos contra el cáncer que no están disponibles o no son asequibles localmente. «A veces no vemos ningún cambio en el paciente después de administrarle el medicamento», dijo un médico. «Podría ser como darles agua con azúcar. No hay forma de saberlo». En algunas partes de ÁfricaEnlace externo y Asia, se calcula que hasta el 70% de los medicamentos son falsificados.

Aunque la pandemia ha terminado, factores como las barreras comerciales, los problemas de fabricación y la guerra en Ucrania han perpetuado la escasez en casi todas partes. Además, los precios de algunos medicamentos nuevos son tan elevados que los seguros se han negado a reembolsarlos, lo que ha llevado a los pacientes a buscar proveedores alternativos.

«Fundamentalmente, nosotros creamos la oferta. Los delincuentes satisfacen nuestra demanda», afirma Mike Isles, que dirige la Alianza Europea para el Acceso a Medicamentos Seguros, financiada por la industria y que lucha contra las falsificaciones en la cadena de suministro. «Cuando un medicamento está agotado y eres un paciente de cáncer muy vulnerable y comprometido, probarás casi cualquier cosa».

Las farmacias ilegales de Internet, las plataformas de redes sociales y los mercados en línea están preparados para satisfacer esa demanda. Se cree que la mitad de los medicamentos comprados en sitios web que ocultan sus direcciones físicas son falsos, según la OMS. Algunos estudiosEnlace externo sugieren que el porcentaje podría ser mucho mayor.

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El auge de las farmacias en línea ha hecho mucho «más fácil que los medicamentos falsificados lleguen a los consumidores», destaca Mario Ottiglio, portavoz de Fight the Fakes, una alianza de organizaciones de sensibilización sobre los medicamentos falsificados.

Las ofertas en línea de Ozempic proliferan y, a pesar de las advertencias, los reguladores europeos se declaran impotentes para detener a quienes lo falsifican fuera de su jurisdicción, según un informeEnlace externo del portal de noticias Politico.

La respuesta mundial se queda corta

El esfuerzo internacional coordinado para acabar con los medicamentos falsificados se ha quedado corto hasta ahora. La OMS ofrece orientación y apoyo técnico a los organismos reguladores y emite alertas sobre productos específicos, pero el organismo sanitario con sede en Ginebra se basa en informes y pruebas de las autoridades nacionales y no tiene capacidad ni mandato para investigar casos y castigar a los infractores.

La agencia de la ONU para la Infancia, UNICEF, ha liderado un esfuerzo cuantioso para introducir tecnología que permita verificarEnlace externo las donaciones de vacunas. La recién creada Agencia Africana de Medicamentos también ha hecho de la vigilancia y el control de calidad una prioridad, pero carece de los recursos necesarios para acabar con los medicamentos ilegales.

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Se buscan súperpolicías farmacéuticos

Este contenido fue publicado en ¿Tiene usted experiencia en la lucha contra el cibercrimen, el extremismo, la extorsión, el chantaje y los sobornos? Si su respuesta es afirmativa, la industria farmacéutica estaría interesada en su currículum. Pero las empresas farmacéuticas no solo buscan especialistas en seguridad cibernética. En realidad, les interesa cualquier empleado que pueda ayudarles a luchar contra el flagelo de la falsificación de medicamentos. El gigante farmacéutico suizo Novartis, por ejemplo, busca analistas en inteligencia en China para trabajar en su Oficina Regional en Seguridad Global, donde los candidatos deben “investigar delitos farmacéuticos y crear las condiciones para detectar y presentar ante la justicia a los falsificadores y comerciantes ilegales de medicamentos”. Otros titanes farmacéuticos suizos, como Roche, también están al acecho de este tipo de delitos y ofrecen plazas para investigadores y gestores de investigaciones internas, que “dirigirán y realizarán investigaciones forenses y sobre fraudes”. Tanto Novartis como Roche declinaron hablar con swissinfo.ch sobre su estrategia y operaciones para abatir la falsificación de sus productos esgrimiendo razones de seguridad. Sin embargo, las ofertas de trabajo son una clara evidencia del problema que enfrentan estos corporativos y una confesión tácita de que no creen que se resuelva en el corto plazo. El Instituto de la Seguridad Farmacéutica, con sede en Estados Unidos, cuya misión es compilar delitos reportados por las compañías farmacéuticas, policías, ministerios de salud y medios de comunicación, afirma que estos delitos han crecido un 25% en 2015 con respecto al año previo. “Hemos visto una mejora en los resultados de las autoridades policiales durante los últimos años gracias al entrenamiento que han recibido y a las campañas que han realizado para concienciar a la población”, explica a swissinfo.ch Thomas Kubic, presidente y director general del Pharmaceutical Security Institute. “Pero el hecho de que las medicinas sean tan rentables, fáciles de transportar y que el riesgo de que sean detectadas sea mínimo, las hace atractivas para los falsificadores”. De acuerdo con Kubic, las organizaciones delictivas se han vuelto cada vez más eficaces en trasladar medicamentos falsos de un país al otro. Un buen ejemplo de ello fue la incautación en Israel, en 2016, del fármaco llamado Harvoni, utilizado para tratar la hepatitis C. Se cree que las píldoras que fueron decomisadas provenían de India y fueron importadas a través de una compañía comercializadora de origen suizo, según el Instituto Suizo de los Productos Terapéuticos (swissmedic), que regula el mercado de los medicamentos. Mientras un tratamiento con Harvoni en Suiza tiene un coste promedio de 50 000 francos, la versión india llamada Sovaldi, vale entre 500 y 700 francos. La pronunciada diferencia de precios, sumada a la desesperación que viven muchos pacientes que no son reembolsados por sus seguros, hace que muchos enfermos se sientan tentados a comprar productos que a menudo son falsificados. Sin embargo, la mayoría de los productos falsos no son medicamentos costosos como el Harvoni, sino medicinas asequibles que pueden encontrarse en cualquier mercado, como la aspirina. “En estos casos, las ganancias son marginales, pero hay ganancias porque es muy grande el número de pacientes que consume estos medicamentos”, explica Kubic. El especialista considera que los adulteradores se enfocan sobre todo en medicinas cuya eficacia no puede ser identificada de inmediato, como las vacunas. Y cita que una investigación realizada en Indonesia reveló que una empresa falsificó vacunas para niños desde el año 2003. Este suceso obligó a las autoridades sanitarias del país a iniciar un amplio programa de inoculación entre todos los infantes que habían sido inadecuadamente protegidos contra enfermedades básicas propias de los primeros años de vida. Combatiendo al enemigoIdentificador único, freno a falsificaciones La Unión Europea (UE) emitió en octubre de 2015 un reglamento, complementado con una directiva del Parlamento Europeo, que establece nuevas reglas para los envases de los medicamentos con objeto de evitar su falsificación. Se intenta que a partir del 2019 toda medicina europea pueda ser rastreada desde el inicio de la cadena de suministro hasta su llegada a manos del cliente. Esto supone que deben ser rastreables durante todo el tiempo que estén en tránsito y/o a la venta en farmacias (u otras vías de distribución). Además, los fármacos con mayor riesgo de falsificación deben ser verificados por los mayoristas en cada paso de la cadena de suministro. Para lograrlo, cada empaque llevará un identificador único (una secuencia de caracteres) que deberá coincidir con la que tendrá un sistema automatizado de repositorios que operará en la UE. Si el medicamento carece de identificador único, no puede venderse. Y si el medicamento está destinado a comercializarse fuera de la UE, el identificador único del envase se desactivará en el sistema de repositorios. Por tanto, si aparece otro medicamento con esta referencia única, es falso. El sistema inicial se irá perfeccionando sobre la marcha.La industria farmacéutica es la primera interesada en atajar las versiones falsas de sus medicamentos. Según un informe de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), las empresas farmacéuticas pierden anualmente 10 000 millones de euros por la comercialización de productos falsos en la UE. Este monto equivale al 4,4% de las ventas totales de la región, lo que incentiva a las empresas a invertir en la adopción de medidas para evitar que esto siga reproduciéndose. En 2013, un grupo de 29 empresas aportó 4,5 millones de euros para apoyar los trabajos de Interpol para combatir los delitos farmacéuticos en los tres años siguientes. La industria ha incorporado también innovaciones tecnológicas que le permiten rastrear mejor sus productos y trazar la ruta de sus desplazamientos con objeto de proteger su cadena de suministros. Esto ayuda a evitar que los clientes sean timados. Son medidas que pronto serán obligatorias en Europa. La Directiva sobre Falsificación de Medicinas de la UE, que entrará en vigor el 9 de febrero de 2019, exige que todas las empresas que venden medicamentos en la UE incorporen elementos de seguridad en su proceso de empaquetado a partir de un identificador único. El objetivo es homologar los estándares en toda la región. El Gobierno suizo ha iniciado un proceso para modificar la legislación vigente con el fin de que sea vinculante el etiquetado de seguridad en los empaques de las medicinas. El Ministerio suizo del Interior estima en al menos 20 000 los envíos de fármacos falsos que se producen cada año en el país. “Ninguna herramienta individual puede resolver el problema. Se necesita una suma de elementos, como la verificación de productos, un marco regulatorio más contundente, leyes disuasivas y mayor conciencia del problema en la población”, señala Cyntia Genolet, de la Federación Internacional de Asociaciones y Empresas de Manufacturas Farmacéuticas (IFPMA). Genolet añade que frenar la falsificación no es trabajo exclusivo de las empresas farmacéuticas, sino un problema que también debe ser abordado por las autoridades y tratado como un “delito contra los pacientes”. “En algunos países, aunque los falsificadores sean atrapados, pagan multas muy pequeñas o pasan poco tiempo en la cárcel. Se les aplican penas que no guardan proporción con el daño que hacen a los pacientes y a sus familias”, denuncia. La Convención Medicrime, que entró en vigor en 2016, promete avances en este sentido. Se trata del primer instrumento de derecho penal internacional que obliga a los países signatarios a tipificar como delito la fabricación, el suministro y el tráfico de medicinas falsificadas. Un total de 27 países han firmado hasta ahora la convención y nueve naciones que los ratificaron en sus legislativos. Suiza es uno de los países firmantes y espera que prospere la ratificación parlamentaria este año. Pero se requiere la participación de muchas más naciones, ya que es el único camino eficaz para luchar contra un delito que no conoce fronteras.

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Grandes empresas farmacéuticas como MSD han invertido en laboratorios, blockchain, tecnología encubierta como la impresión invisible y escáneres portátiles para ayudar a las autoridades a investigar productos sospechosos. El laboratorio forense de MSD en Schachen abrió en 2018 y es uno de los tres de la red mundial de MSD. La Oficina de Propiedad Intelectual de la UE estimaEnlace externo que las empresas farmacéuticas pierden alrededor del 4% de las ventas debido a las falsificaciones.

Novo Nordisk anunció en marzo que está intensificandoEnlace externo los esfuerzos para acabar con las versiones falsificadas de Ozempic, que han aparecido en al menos 16 países en el último año, mientras la multinacional danesa lucha por mantener el ritmo de la demanda.

Pero las empresas se centran sobre todo en proteger sus marcas y sus productos, y afirman que no tienen autoridad para confiscar los medicamentos falsificados y exigir responsabilidades a los falsificadores.

«Las empresas y los organismos reguladores saben más sobre los medicamentos falsificados y de dónde proceden. Pero el problema no va a desaparecer», subraya Florin. «Es un gran negocio, lo que lo hace atractivo para los delincuentes».

Texto adaptado del inglés por Carla Wolff

*Corrección: El 31 de julio de 2024 actualizamos este artículo para aclarar que el sistema de verificación de medicamentos de la UE sigue siendo voluntario en Suiza. Se ha añadido una cláusula sobre la verificación de las características de seguridad de los envases de los medicamentos a la ley terapéutica suiza, pero aún no ha finalizado el proceso de aplicación.

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