COVID-19: “Estamos en una situación muy difícil”
Tanja Stadler asume la dirección del grupo de trabajo científico COVID-19 de Suiza en un momento en que los nuevos casos se han disparado a más de 3 000 por día, las hospitalizaciones han aumentado y la campaña de vacunación decae.
Desde finales de junio, el número de nuevas infecciones por coronavirus se incrementa en Suiza. Esa situación se debe en gran parte a la variante Delta, altamente infecciosa y que afecta a personas no vacunadas, principalmente en el grupo de edad de 10 a 29 años.
El martes, se informó que 500 personas están bajo tratamiento por coronavirus en hospitales suizos. Alrededor del 70% de las camas de las unidades de cuidados intensivos están ocupadas, el 14% por pacientes COVID. El número de muertes relacionadas se mantiene en un nivel bajo.
En entrevista con la televisión suiza de expresión alemana el 17 de agosto, Tanja Stadler habló sobre los desafíos que enfrenta el país.
SRF: El martes, la Oficina Federal de Salud Pública informó de 3 150 nuevas infecciones durante las 24 horas anteriores, la cifra diaria más alta de este año. ¿Cuál es su lectura de la situación?
Tanja Stadler: Demuestra que, a pesar de estar en una ‘fase de normalización’, estamos en una situación muy difícil. Gracias a las vacunas, hemos logrado reducir el número de personas que van al hospital porque muchas están protegidas por la vacuna. Pero todavía hay muchas personas que no están vacunadas. Y si miramos el número de hospitalizaciones, en el último mes las admisiones hospitalarias se han duplicado tres veces.
SRF: Pero las admisiones hospitalarias se mantienen en un nivel muy bajo…
TS: Comenzaron a un nivel muy bajo, pero en los últimos siete días tenemos una incidencia de poco menos de 30 nuevas hospitalizaciones diarias. Y si eso se duplica nuevamente tres veces en el próximo mes, estaremos al mismo nivel que durante el peor período de la segunda ola [el otoño pasado]. En ese entonces había una carga muy pesada en los hospitales.
SRF: ¿Quiere decir que se avecina una cuarta ola y que será violenta?
TS: El problema ahora es que tenemos una dinámica que se fortalece rápidamente. Cada semana la epidemia crece en un 50%. La pregunta es: ¿se puede ralentizar? La gente vuelve ahora de sus vacaciones; es el comienzo de la escuela y el otoño llegará pronto. Si recuerda, el año pasado estos factores no ayudaron a ralentizar las cosas.
SRF: Poco más de la mitad de la población suiza está completamente vacunada (dos dosis). Eso no es suficiente para detener la cuarta ola. ¿Qué se debe hacer para aumentar la tasa de vacunación?
TS: Es muy importante que las personas comprendan que existe una elección entre vacunarse o infectarse con el tiempo. Hay que tener en cuenta que el riesgo de acabar en el hospital no ha disminuido para alguien que no ha sido vacunado.
El grupo de trabajo, creado por el Gobierno federal en marzo de 2020, continuará suministrando información científica a los responsables políticos. Sin embargo, sus objetivos han sido ajustados. Hasta ahora, el principal era proteger a la población hasta que pudiera vacunarse.
Ahora que las vacunas están disponibles para todos a partir de los 12 años, los tres nuevos objetivos son:
Evitar que el sistema de salud se sobrecargue.
Proteger a los niños menores de 12 años, que no son elegibles para una vacuna COVID. “El virus es menos peligroso [para ellos] que para los adultos, pero los niños también pueden sufrir las consecuencias de una pandemia”, subrayó Stadler.
Proteger a las personas con sistemas inmunológicos débiles.
El grupo de trabajo científico COVID-19 se ha reducido de 70 a 25 miembros y ahora incluye a expertos en campos como la pediatría, las enfermedades infecciosas y la salud mental infantil.
SRF: Algunos cantones quieren alentar a los jóvenes de 12 a 18 años a vacunarse en la escuela. ¿Tiene sentido?
TS: Hemos escuchado que en algunos cantones no es tan fácil para los jóvenes obtener una cita de vacunación. Por lo tanto, tiene sentido facilitar lo más posible la vacunación para todos. De esta manera no hay obstáculos en el camino para recibir una vacuna.
SRF: Uno de los nuevos objetivos del grupo de trabajo es que los niños menores de 12 años que no pueden vacunarse estén mejor protegidos. Usted habla de filtros de CO2, filtros de aire y pruebas periódicas como posibles soluciones. Son medidas que cantones y comunas no están utilizando, o solo con moderación. ¿Pide usted más medidas de este tipo?
TS: Creemos que hay medidas que no son en absoluto invasivas. Para los niños, no hay ninguna diferencia si hay un sensor de CO2 o un filtro de aire en su lugar. Cuesta algo para los contribuyentes, pero en comparación con lo que hemos gastado hasta ahora, es muy poco. Nuestro enfoque es implementar de inmediato todo lo que no sea invasivo, porque esa es la única manera de mantener abiertas las escuelas con la menor cantidad posible de virus circulando.
Las relaciones entre científicos, políticos y el público en Suiza no siempre han sido fáciles.
En enero de 2021, el epidemiólogo Christian Althaus abandonó el grupo de trabajo nacional COVID-19. Criticó a los políticos, diciendo que deberían aprender a tratar a la ciencia en pie de igualdad. Su frustración se debió a la molestia de los ministros por ciertos hallazgos del grupo de trabajo y sus recomendaciones de medidas más severas.
Althaus no fue el primer miembro del equipo científico en dimitir. En junio de 2020, el entonces jefe del grupo, Matthias Egger advirtió públicamente que era demasiado pronto para relajar las restricciones, consejo que el Gobierno no siguió. Egger dimitió un mes después.
El jefe saliente, Martin Ackermann, declaró al periódico Neue Zürcher Zeitung (NZZ) que «el nivel de estrés estaba mucho más allá de lo que había conocido anteriormente». Hizo una evaluación mixta de la gestión gubernamental de la crisis. Al inicio de la pandemia en la primavera de 2020, Suiza reaccionó rápidamente con medidas efectivas, que fueron ampliamente apoyadas, destacó. Sin embargo, en el otoño, el número de casos de COVID-19 aumentó rápidamente y la respuesta fue demasiado vacilante. Al actuar antes, la carga en el sistema de salud se habría reducido a la mitad, aseguró.
“Muchas menos personas se habrían enfermado y muchas menos habrían muerto».
Este año, Ackermann señaló que la epidemia fue contenida con medidas más moderadas que en los países vecinos.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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