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Ley contra el Racismo enfrenta rechazo de la derecha

El 28% de quejas realizadas entre 1995 y 2012 tienen relación con la ley antirracismo. Keystone

¿Se trata de exhibir el lado oscuro de la sociedad suiza para que la justicia se haga cargo o estamos ante una innecesaria restricción de la libertad de expresión? A 20 años de su puesta en marcha, la Ley contra el Racismo enfrenta crecientes resistencias.

Un festival de canto tirolés, un café, o el sitio web de un arquitecto. El racismo y sus abusos pueden hacerse manifiestos en sitios inimaginables. Sin embargo, cuando estos  incidentes atentan contra la dignidad de un individuo o grupo de personas cruzan la línea que les convierte en una incitación al odio y que los transforma en delito.

Desde que entró en vigor la ley referida, en 1995, se han registrado un total de 380 casos de racismo en Suiza. La mayoría de los responsables han debido pagar una multa por sus faltas.

Muchos de estos culpables son personas desconocidas, pero la lista también incluye a políticos, representantes de los medios de comunicación y activistas de la extrema derecha que han debido afrontar la consecuencia legal de sus actos.

«¡Negro! ¡Negro de mierda! ¡Hijo de puta! ¡Pendejo!”. Estos fueron algunos de los insultos que recibió repetidamente un hombre que acudió a un festival de canto tirolés celebrado en Interlaken en el año 2012. Un gran número de espectadores fue testigo del incidente.

El responsable de la agresión verbal había violado la Ley contra el Racismo y, en consecuencia, se hizo acreedor de una multa de 750 francos suizos y a una sanción suspendida por 300 francos suizos adicionales. Esto es, un castigo financiero que debería pagar si reincidía en los dos años posteriores, y que se sumaría a cualquier nueva multa recibida.

Fuente: Comisión Federal contra el Racismo.

El paso del tiempo

¿Cómo ha atravesado y vivido esta ley el paso del tiempo? De acuerdo con una reciente moción presentada ante el Parlamento por la derecha radical de la Unión Democrática del Centro (UDC) es tiempo de poner fin a esta ley ya que ha provocado “incertidumbre legal, abuso y un número creciente de casos que no es posible seguir en el ámbito judicial”.

La moción referida –de marzo del 2014- pide también reformar el artículo 261bis del Código Penal que da sustento a la lucha contra el racismo.

El tema de los abusos cometidos en nombre de la ley ha sido abordado por diversos interlocutores, no solo de la derecha. La Comisión Federal Suiza contra el Racismo se queja, por ejemplo, de que los jueces aplican la ley de una forma limitada. Y en su más reciente reporte sobre Suiza, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas también tomó abordo este tema.

Oskar Freysinger, legislador de la UDC -autor de la moción- dice a swissinfo.ch que la ley ha resultado contraproducente ya que ha sido utilizada más bien para crear una dictadura de lo políticamente correcto.

“Esta ley se utiliza políticamente. La gente ya no se siente libre de expresarse sin correr riesgos. La sola amenaza de una denuncia es suficiente para que la gente autocensure sus opiniones”, dice Freysinger.

En Suiza, un arquitecto colocó material antisemita en su sitio web, incluyendo libros y textos que negaban la existencia del Holocausto. Abordaba también el estereotipo judío y difundía frases difamatorias y discriminatorias sobre este grupo étnico.

Cuando fue denunciado y juzgado, el aludido afirmó que no había leído los textos que estaban en su sitio en línea y que desconocía que poseían contenido racista. Independientemente de su argumento, se hizo acreedor a una sanción suspendida de 9.000 francos suizos válida durante un periodo de dos años.

Fuente: Comisión Federal contra el Racismo.

Negación

Uno de los casos judiciales de largo aliento que se ha desprendido de la aplicación de estas normas se vincula al nacionalista turco Dogu Perinçek, quien fue acusado de negar el genocidio armenio de 1915. Su posición y sus afirmaciones fueron impugnadas por Turquía en el año 2005 en un discurso pronunciado en Lausana por autoridades de este país.

La ley helvética prohíbe negar, minimizar y justificar cualquier acto de genocidio o cualquier otro crimen en contra de la humanidad. Perinçek fue considerado culpable y fue multado, pero apeló exitosamente ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH) argumentando que se estaba violaba su derecho a la libre expresión.

El caso sigue abierto. En marzo de este año, el Ministerio de Justicia de Suiza contestó la decisión del TEDH y refirió el caso a la Gran Sala de esta corte para que lo reconsiderara. A principios de junio, la Gran Sala aceptó la solicitud suiza de reexaminar el caso.

Para Freysinger, los políticos y los historiadores no tendrían por qué ser procesados sin importar lo absurdas o equivocadas que puedan ser sus posturas. “Juzgar a la gente en estos casos solo los convierte en mártires y les da más valor”, dice.

Por su parte, el veterano suizo neofascista Gaston-Armand Amaudruz debió  cumplir con dos condenas, en los años 2000 y 2003, por negar reiteradamente que tuvo lugar alguna vez el Holocausto y que millones de judíos fueron exterminados.

Un individuo escribió un artículo titulado: «Por eso no debemos dar la ciudadanía suiza a los musulmanes», mismo que se publicó en el periódico de un partido político suizo.

Un tribunal del cantón de Turgovia consideró que el texto contenía afirmaciones difamatorias con respectoa los musulmanes rechazando el argumento del autor del artículo, quien afirmaba que los musulmanes no debían ser protegidos por la ley contra el racismo porque no son, de hecho, una raza.

El responsable recibió una multa de 170 CHF y una sanción suspendida de 5.400 francos suizos.

Fuente: Comisión Federal contra el Racismo.

‘Cerdo extranjero’

La UDC considera  que la ley ha ido demasiado lejos y Suiza ha caído en la «cultura de la denuncia» (Denunziantentum) y del «estado gobernado por jueces» (Richterstaat).  Y Martine Brunschwig-Graf, presidenta de la Comisión Federal contra el Racismo, habla sobre la forma limitada en la que las autoridades aplican algunas veces la ley.

Y ofrece dos ejemplos. En 2007, un argelino fue detenido como sospechoso del robo de un reloj en una feria de Basilea. Un policía le llamó “cerdo extranjero” e “inmundo solicitante de asilo”, aunque recibió una sanción, la apeló y consiguió ser exonerado.

En la citada apelación, publicada en febrero del 2014, la corte afirmó que los insultos no violaban las leyes contra el racismo ya que no iban dirigidos a ningún grupo étnico o religioso específico. Aseguraba también que utilizar la palabra “cerdo” e “inmundo”, seguido de la mención de la nacionalidad de la persona, tampoco era violatorio de la ley.

El segundo ejemplo involucra a un hombre que realizó el saludo hitleriano durante una reunión de la extrema derecha que se celebró en 2010. El tribunal de mayor envergadura de Suiza encontró este gesto no violaba la ley contra el racismo y era una “mera expresión de sus convicciones”, no la difusión de una ideología.

Brunschwig-Graf dice a swissinfo.ch que a su juicio, Suiza “no está solo ante un problema judicial sino también ante un conflicto social. Damos la impresión de que algunos comportamientos ofensivos son válidos”.

En una entrevista radial, el propietario de un bar ubicado en el cantón de San Gall afirmó que no permitiría ningún «albanés, yugoslavo o negro” ingresara a sus instalaciones, y giró instrucciones al vigilante de su negocio para evitarles el paso.

El dueño del citado bar recibió una multa de 500 francos suizos y una sanción suspendida por 3,300 francos suizos adicionales que deberá pagar en caso de reincidencia.

Fuente: Comisión Federal contra el Racismo.

‘Casos dudosos’

Pero está presente el temor de caer en el otro extremo. Incluso aquellos que están en contra de la discriminación racial se preguntan si la ley no está atentando contra la libertad de expresión y si no se aplica con demasiado rigor cuando se trata  -concretamente- de comentarios desafortunados o de mal gusto.

En enero pasado, el ex presidente de la Comisión Federal Antirracismo (1995-2011), Georg Kreis, publicó un artículo en el sitio web tageswoche.ch en el que lamentaba que el comentario hecho por un humorista de televisión sobre el estereotipo del “empresario judío avaro” hubiera terminado en una denuncia formal.

Alexander Tschäppätt, alcalde socialdemócrata de Berna, también se metió en aguas movedizas tras haber calificado de perezosos a los italianos durante un espectáculo de comedia en vivo en el que participó en diciembre. Un abogado suizo-italiano de Basilea le demandó por haber realizado dicha afirmación y el caso es examinado actualmente por la Fiscalía de Berna.

“Cuando el legislación antirracismo se introdujo en Suiza en 1995, era claro para los expertos que las quejas y acusaciones presentadas serían cuidadosamente manejadas para que llegaran ante los tribunales solo los casos en los que hay una violación clara de la ley”, escribió Kreis, quien precisa que no se trataba de que dicha legislación fuera fuente de numerosas sentencias absolutorias dictadas en casos cuestionables.

La nueva moción parlamentaria que pretende desechar la ley también aborda la compleja situación de los  profesionales de la sátira: “Incluso los humoristas deben pensarlo dos veces antes de hacer un comentario o esto les puede suponer una demanda legal”.

El gobierno suizo abordó este asunto cuando fijó su posición –en mayo pasado-ante la moción, confirmando que hay cada vez más reportes contra los medios de comunicación con quejas derivadas de comentarios hechos  por humoristas.

Pero hasta donde e gobierno tiene conocimiento, ninguna se ha convertido hasta ahora en una condena por discriminación racial, añadió.

Un total de 117 países son signatarios de la Convención Internacional para la Eliminación de  todas las Formas de Discriminación Racial (ver enlace). Entre ellos, 87 países –Suiza incluida- han firmado el acuerdo, pero con algunas reservas.

El artículo 4 de la Convención establece que: “Los Estados participantes condenan toda la propaganda y todas las organizaciones que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superioridad de una raza o de un grupo de personas de un determinado color u origen étnico, o que pretendan justificar o promover el odio racial y la discriminación racial, cualquiera que sea su forma, y se comprometen a tomar medidas inmediatas y positivas destinadas a eliminar toda incitación a tal discriminación o actos de tal discriminación.”

Sin embargo, estados como Austria, Bélgica, Francia, Irlanda, Italia, Japón y la propia Suiza consideran que el Artículo 4 no debe ser interpretado de tal forma que menoscabe la libertad de expresión, de opinión, de asociación y reunión.

En las reservas que han manifestado, países como Estados Unidos rechazan, por ejemplo, exigen un derecho absoluto y sin restricción alguna a la libertad de palabra, expresión y asociación, ya que son principios enarbolados por su Carta Magna.

Kristallnacht

La UDC y sus miembros han encontrado en punto de mira en más de una ocasión por no respetar la ley contra el racismo. Uno de los casos más sonados se desprende de un error cometido en las redes sociales.

En mayo pasado, un tribunal de Zúrich dictaminó que un ex miembro de este partido había violado esta ley al publicar el siguiente comentario en Twitter en junio del 2012:

“Quizás necesitamos una nueva Noche de los Cristales Rotos (Krsitallnacht)… esta vez contra las mezquitas”.


El tribunal consideró que se trataba de un tuit ofensivo tanto para los musulmanes como para los judíos. La Noche de los Cristales hace referencia al pogromo que tuvo lugar en Alemania en noviembre de 1938 en contra de un grupo de judíos. Al menos 100 personas perdieron la vida y sus negocios y sinagogas fueron atacados frente a la mirada pasiva de las autoridades.

¿Intenta acaso la UDC deshacerse de la ley antirracista para proteger a sus miembros de ser sorprendidos externando opiniones inaceptables?

Freysinger lo rechaza. “Quiero defender el derecho de cada persona, sin importar si es de izquierda o derecha, a expresar puntos de vista controvertidos. Una democracia debe ser lo suficientemente sólida como para ser capaz de resistir eso”.

En su más reciente informe sobre Suiza, publicado en marzo del 2014, el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial externó su preocupación sobre la interpretación limitada que se hace del artículo 261bis por parte de las autoridades judiciales.»

Al comentar sobre el racismo y la xenofobia en los medios de comunicación, el comité dijo que estaba profundamente inquieto por los estereotipos racistas promovidas por miembros de la derecha y por algunos medios de comunicación.

«También le preocupa la exhibición de carteles políticos con contenidos y símbolos racistas o xenófobos, así como por los comportamientos racistas y la falta de procesos judiciales en esos casos”.

Fuente: Extracto del Informe del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial.

Traducción del inglés: Andrea Ornelas

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