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¿Se pueden desgravar las asignaciones familiares?

Todos los partidos en Suiza coinciden en que hay que apoyar a las familias, pero no en cómo hacerlo. Es la tercera vez en dos años que los suizos están convocados a las urnas para votar medidas que alivien la carga fiscal de las familias. Keystone

Una bocanada de oxígeno para las familias de clase media, dicen los partidarios. Un regalo fiscal para las familias acomodadas, según los detractores. Casi todos los grupos parlamentarios rechazan la propuesta de los demócratas cristianos para exceptuar de gravamen las asignaciones por hijo y de formación. El pueblo decide el 8 de marzo.

Las medidas destinadas a aliviar la carga fiscal de las familias es uno de los temas más controvertidos en la política helvética. Aunque todos los partidos coinciden en la necesidad de actuar, sus recetas divergen y, hasta ahora, ninguna ha conseguido reunir una mayoría en el Parlamento. Después de varias décadas de escaramuzas legislativas, la lucha se traslada a las urnas. Es la tercera votación nacional en dos años que se celebra en materia de asignaciones familiares.

La iniciativa ‘Apoyar a las familias’Enlace externo pide dejar exentas de gravamen las asignaciones por hijo y gastos de formación. Una reivindicación que la diputada demócrata cristiana y directora de Pro Familia SuizaEnlace externo, Lucrezia Meier-Schatz formuló en 2007 en una iniciativa parlamentaria, a la que la cámara baja no quiso dar trámite. La misma suerte sufrieron las dos iniciativas cantonales análogas que presentaron San Gall y Argovia en 2008.

El Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro derecha), que defendió sin éxito esta medida en el Legislativo, ha decido emprender la vía de la democracia directa. La iniciativa lanzada en el contexto de las elecciones legislativas de 2011 ha reunido las firmas necesarias para ser sometida al veredicto popular.

¿Tasación insensata o iniciativa injusta?

“El objetivo está claro: reforzar el poder adquisitivo de la clase media. Hoy, de los cerca de 5 000 millones de francos anuales que los empleadores pagan en asignaciones para compensar parcialmente la pérdida de poder adquisitivo que uno sufre cuando tiene hijos que mantener, las entidades públicas recogen casi 1 000 millones en impuestos: cerca de 200 millones de francos la Confederación (Estado), y cerca de 760 millones los cantones y municipios. Es un disparate”, sostiene Lucrezia Meier-Schatz.

Y como las asignaciones por hijo se suman a los ingresos imponibles, muchas familias de clase media baja no tienen derecho, por ejemplo, a subsidios para el seguro médico, tarifas reducidas para guarderías o becas de estudios, agrega la directora de Pro Familia Suiza.

Apoyo externo

La iniciativa ‘Ayudar a las familias’ solo recibió los votos a favor de seis diputados de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora). Para sorpresa de todos, la asamblea nacional de delegadosEnlace externo de la UDC, a diferencia de sus representantes en el Legislativo, recomendó el ‘sí’ a la propuesta que los suizos votan el 8 de marzo.

Un escenario que se repitió en el Partido Evangélico (centro): la mayoría de los delegadosEnlace externo votaron apoyar la iniciativa del PDC, a diferencia de sus dos representantes parlamentarios.

Todos los demás partidosEnlace externo representados en el Legislativo, salvo el PDC, rechazan la iniciativa.

Ni el Gobierno ni los demás grupos parlamentarios comparten esta visión. A su juicio, las asignaciones familiares aumentan el poder adquisitivo y, por ende, deben gravarse en función de la capacidad económica, como establece la Constitución.

Pero no es el único problema. “Esta iniciativa es injusta. Debido a la escala impositiva progresiva, las familias más ricas se beneficiarán más que las más pobres”, declara a swissinfo.ch la diputada socialista Ada MarraEnlace externo.

Actualmente, dicen los detractores de la iniciativa, cerca de la mitad de las familias con hijos no alcanzan el mínimo imponible para el impuesto federal directo (IFD). Por ello todas estas familias que no pagan el IFD no ganarían ni un céntimo más con la exención fiscal de las asignaciones. Al contrario, las familias con ingresos más elevados serían las más beneficiadas. Y también en el ámbito de los impuestos cantonales y municipales, un número claramente más alto de familias se beneficiarían de estos desgravámenes, los ahorros serían de todos modos superiores para los ingresos más altos, subrayan los adversarios de la iniciativa.

“Solo muy pocos niños – algo más del 6% – viven en familias con ingresos altos. El 59% de las familias pertenece a clase media y no goza prácticamente de beneficios fiscales extraordinarios destinados a las familias con bajos ingresos [como tarifas reducidas para guarderías, subsidios para las primas del seguro médico o viviendas de alquiler módico]. Declarar exentas de impuestos estas asignaciones aumentaría la presión fiscal sobre la mayoría de las familias”, responde Lucrezia Meier-Schatz.

Entre el huevo y la gallina

Los socialistas coinciden en que hay que ayudar también a las familias de clase media, pero no del modo que lo propone el PDC. “Por este motivo el Partido Socialista baraja una alternativa: introducir un cheque por cada hijoEnlace externo. Se trata de un importe – que aún no hemos fijado – idéntico para todos los hijos que se puede deducir de los impuestos. Y a quienes no tributan porque no alcanzan el mínimo impositivo les será abonado ese importe, explica Ada Marra.

Queda por saber cómo y cuándo el partido llevará adelante esta reivindicación. Inicialmente, los socialistas habían decidido lanzar una iniciativa popular en febrero, con motivo del congreso del partido, casi en vísperas de la votación sobre la iniciativa del PDC. Entre tanto, los dirigentes del PS han renunciado a lanzar la iniciativa para centrar sus fuerzas este año en la campaña para las elecciones legislativas previstas para octubre.

Pese a la propuesta alternativa de los socialistas y a la oposición de todos los grandes partidos y del Gobierno, Lucrezia Meier-Schatz no tira la toalla. “Con nuestra iniciativa actuamos de forma sencilla y concreta: una frase de la Constitución que tendría un efecto inmediato. Estoy segura de que los padres saben hacer cuentas. Y cuando vean lo que ganarían, entenderán que su poder adquisitivo aumentará con esta medida. Y creo que habrá también una solidaridad entre las generaciones, porque los abuelos se darán cuenta de las beneficios que representa para sus hijos y nietos”, asegura la diputada demócrata cristiana.

No es fácil predecir el resultado de la votación del 8 de marzo. Pero una cosa es cierta: no será la última vez que los suizos se pronuncien sobre descuentos fiscales para las familias.

Una saga política

El 8 de marzo, los suizos votan por tercera vez en dos años una propuesta destinada a disminuir la carga fiscal de las familias. Las dos anteriores no superaron la prueba de las urnas.

El 3 de marzo de 2013, un artículo constitucional aprobado por el Parlamento fracasó por falta de la doble mayoría: obtuvo la mayoría de los votos ciudadanos, pero no de los cantones. El texto pedía que la Confederación y los cantones mejoraran las condiciones de vida de los padres que desearan conciliar trabajo y familia, mediante recursos suplementarios, deducciones fiscales y mejores estructuras de cuidado de los niños.

El 24 de noviembre de 2013, la población y los cantones rechazaron rotundamente una iniciativa de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora) que pedía para los padres que asumen personalmente el cuidado de los hijos una rebaja fiscal al menos equivalente a la que reciben los progenitores que recurren a estructuras de acogida.

Habrá más votaciones después del 8 de marzo. El Partido Demócrata Cristina tiene otro as en la manga: la iniciativa Por el matrimonio y la familiaEnlace externo, que pide que los cónyuges no sufran desventajas respecto a las parejas no casadas en materia fiscal y de seguridad social. El Gobierno recomienda aprobar la iniciativa, a diferencia de la mayoría de la cámara baja que la rechazó y elaboró un contraproyecto. Si la cámara alta avala esta propuesta, los suizos votarán los dos proyectos.

Si el Partido Socialista lanza la iniciativa ‘Un hijo, un cheque’ y reúne las 100 000 firmas necesarias en el plazo previsto, la propuesta será sometida igualmente al veredicto de las urnas.

Traducción del italiano: Belén Couceiro

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