Un tema reincidente en las urnas
En Suiza son pocos los fines de semana no se vote a escala municipal, cantonal o nacional sobre los horarios de apertura de los comercios. Si en este país son más restrictivos que en el extranjero, se debe también a la democracia directa.
A más de un turista extranjero le ha sorprendido que en mucho lugares de Suiza sea prácticamente imposible comprar alimentos los domingos y después de las 18.30 horas los días laborales.
“Suiza no ha cometido algunos errores de otros países”, señala a swissinfo.ch Eva Geel, del sindicato Unia. “Gracias a la democracia directa –y sus instrumentos, la iniciativa y el referéndum–, en Suiza pudimos frenar la ola liberalizadora que recorrió Europa desde los años 1990”.
Los sindicatos recurren con frecuencia y relativo éxito a esta posibilidad, tanto en los cantones como a escala federal: “En el 90% de las votaciones celebradas en los últimos años, el pueblo ha dicho no a una liberalización del trabajo nocturno y dominical”, precisa la sindicalista.
Es lo que ocurrió este pasado fin de semana en el cantón de Zúrich, donde los electores rechazaron por un 71% de los votos la iniciativa El cliente es el rey que lanzó el Partido Liberal (PRL, derecha). Sus propulsores exigían una flexibilidad total de los horarios de atención al cliente.
También los electores del cantón de Lucerna volvieron a acudir este fin de semana a las urnas para decidir si ampliar o no los horarios, seis años después de que se negaran a modificarlos. La propuesta volvió a fracasar. La población de Lucerna se pronunciará previsiblemente en 2013 sobre una iniciativa del PRL que quiere prolongar el horario de apertura de las tiendas.
Liberalizar poco a poco
Básicamente, los comercios en Suiza pueden estar abiertos desde las 6 hasta las 23 horas. Sin embargo, los cantones deben respetar la Ley del Trabajo que ampara a los trabajadores. La mayoría de los cantones incorpora restricciones adicionales en sus leyes sobre la hora de cierre y apertura de los comercios.
Los horarios de apertura -que en comparación con otros países europeos son más estrictos- se han flexibilizado de manera gradual en Suiza durante los últimos años. Es el caso de los quioscos en las estaciones de servicio y ferroviarias -que se han multiplicado como hongos-, o los negocios que cuentan con apoyo familiar para abrir más tiempo. Los aeropuertos y los centros turísticos son igualmente privilegiados en este sentido.
El hecho de que la ampliación del horario comercial sea tema político recurrente -aunque el pueblo suela rechazarlo-, es consecuencia de la lucha que libran los distribuidores al detalle entre sí, la mayoría de las veces a costa de los pequeños, sostiene Eva Geel. “Los minoristas autónomos se ven relegados, porque no pueden permitirse horarios de atención más amplios. Los costos de personal son muy altos y el volumen de ventas mínimo”.
Trabajo nocturno (in)voluntario
“Quien quiera comprar por la noche o los domingos, debe ser consciente de que lo hace en perjuicio de los empleados. Esas personas no suelen estar voluntariamente en la caja”, señala Eva Geel. “El constante aumento de las horas laborales en las tiendas hace que el personal tenga menos tiempo libre para compartir con la familia y sus amigos, para sus actividades en asociaciones o en la comunidad”.
El personal afectado ha transmitido un mandato claro a Unia a través de un cuestionario, según el cual los empleados “no quieren que las tiendas abran más tiempo”. Por tanto, Unia hará uso del referéndum para oponerse a la iniciativa del diputado radical liberal Christian Lüscher, que propone que los quioscos de las estaciones de servicio estén abiertos las 24 horas.
El sindicato cuenta con el respaldo de la Asociación Suiza de Distribuidores al Detalle, que se opone a la iniciativa “porque volvería a favorecer a los más grandes del mercado”, mientras que el detalle industrial lucha contra “el descenso del margen y un curso de ventas amenazador.
Turismo de compras
Todo lo contrario ocurre entre los distribuidores mayoristas, que apoyan todas las iniciativas que reclaman la flexibilización de los horarios comerciales.
La organización que defiende los intereses de los mayoristas (IG DHS en su sigla alemana) aboga actualmente por la liberalización, sobre todo, debido a la competencia al otro lado de las fronteras. “El mayor problema son los sábados, cuando la gente hace sus grandes compras en las localidades fronterizas” de Francia, Alemania o Italia, explica a swissinfo.ch el jefe de cabildeo en Migros, Martin Schläpfer.
“Los alemanes han construido múltiples centros comerciales de Aldi, Lidl y otros en su frontera sur, que no es precisamente una región muy poblada”, por lo que su estrategia es atraer a clientela helvética: “Los suizos compran por mil millones carne en el extranjero”.
El aumento del turismo comercial es tan fuerte como nunca antes. “Las mercancías declaradas en la aduana de Basilea con Alemania aumentaron un 67% en 2011. La razón no reside únicamente en la fortaleza del franco, sino también en los horarios comerciales del otro lado de la frontera”.
“Nosotros queremos que el gobierno federal armonice los horarios de apertura, porque también Suiza es un espacio económico”, reclama el representante de los distribuidores mayoristas. En concreto: abrir de lunes a viernes de las 7 las 20 horas; un día a la semana hasta las 21 horas; y cuatro domingos al año.
A mediados de mayo, el gobierno nacional respondió a la moción del diputado Christian Wasserfallen señalando que no los horarios comerciales no se puede reglamentar a escala nacional, ya que en un sistema federalista como el suizo esto es competencia de los cantones.
“Estamos decepcionados con Johann Schneider Ammann. Lo que pasa en la frontera no puede ser indiferente al ministro de Economía”, se lamenta Martin Schläpfer. El responsable de cabildeo de Migros advierte de la pérdida de puestos de trabajo que puede acarrear. “El comercio minorista es un sector de intensa prestación de servicios”.
El poco entusiasmo que expresan los empleados en las encuestas se debe, según Schläpfer, a que son cosas del pasado. “Los trabajadores muestran una actitud conservadora en este aspecto, pero antaño no estaba en juego la seguridad laboral. Las cosas han cambiado y hoy vivimos una etapa de la apreciación del franco”.
Alemania:
Reglamentar los horarios de apertura y cierre es competencia de los länder. La Ley del Trabajo establece los días de descanso dominical y festivos para todo el país.
Los comercios en Baden-Würtemberg, región fronteriza con Suiza, abren 24 horas los días laborables, además de tres domingos y festivos.
Austria:
Los negocios abren de lunes a viernes de las 6 a las 21 horas y los sábados hasta 18 horas. Los domingos cierran puertas, aunque hay varias excepciones.
El alto responsable político (Landeshauptmann) puede ampliar el horario de atención mediante una disposición. Los negocios pueden funcionar hasta pasadas las seis de la tarde en los sábados y domingos, si una necesidad regional lo justifica.
Francia:
Hay limitaciones legales en el horario de apertura durante los días laborables. En lugares pequeños hay descanso de hora de almuerzo. Los supermercados suelen abrir de las 9 a las 20 o 21 horas.
Durante los domingos y festivos pueden funcionar sitios de venta menores. Los empleados gozan de una protección especial en estos casos. Las tiendas grandes y los supermercados tienen también el derecho de abrir en esos días.
Italia:
Desde el año 2012, las tiendas y negocios tienen la libertad de decidir sus horarios de atención. Pueden hacerlo durante las 24 horas.
(Traducción: Juan Espinoza)
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