El «gigante verde» de Lausana
La popularidad de Los Verdes, el Partido Ecologista Suizo, no cesa de crecer. Sus representantes ya ocupan puestos en los gobiernos cantonales y municipales de Suiza.
No obstante, la llegada de este partido al Ejecutivo Federal aún no es imaginable, indica a swissinfo uno de sus máximos representantes, Daniel Brélaz.
Daniel Brélaz -de 56 años de edad y con más de 140 kilos de peso- es el presidente municipal de Lausana, la cuarta mayor ciudad de Suiza.
Con más de 30 años de experiencia política, el matemático fue uno de los pioneros del movimiento ecologista en Suiza y el primer diputado ecologista nacional en el mundo.
Brélaz ganó la presidencia municipal de Lausana en 2001 y recientemente la reelección.
En entrevista exclusiva con swissinfo, Brélaz explica el contexto político de Los Verdes en Suiza y otros países europeos, y habla sobre las posibilidades de que un representante de su partido llegue al gobierno del país, tras las elecciones federales de octubre de 2007.
swissinfo: Tras su reelección al municipio de Lausana, la presa le atribuye adjetivos como «coloso», gigante», «imbatible», entre otros. ¿Cómo encara esos elogios?
Daniel Brélaz: Estoy contento de seguir en vida porque, habitualmente, esos elogios son fúnebres. Incontestablemente, mi físico permite a los medios algunas descripciones simplistas y caricaturas que facilitan una identificación ante el público.
Generalmente es una imagen simpática, aunque a veces los que tienen mayor sentido del humor me preguntan si moriré pronto o si aún puedo subir las escaleras de la prefectura.
Creo que el 90% de las personas en edad de votar saben quién soy. Es un signo de reconocimiento, pero no forzosamente de estima. No obstante, mi reelección demostró que también hay algo de ello.
swissinfo: ¿Su política ha cambiado en estos 30 años?
D. B.: Tengo la impresión de que no. Con el tiempo he aprendido a tener una lectura más aguda de los problemas. Tengo también una memoria de esos 30 años, más experiencia y más seguridad, pero el ejercicio de la política no me ha vuelto engreído. Fundamentalmente, creo que no he cambiado.
swissinfo: ¿Tampoco han cambiado sus ideas ni su visión de la ecología?
D.B.: Ya en los años 80, cuando era diputado federal y en las sesiones de los verdes europeos, los verdes alemanes me calificaban de «hiperrealista». Está claro que cuando se trata de administrar, se toma más distancia de ciertos simplismos. Es decir, se aprende que la realidad no siempre es simple, que es preciso convivir con ella.
Estoy siempre dispuesto a trabajar con todo el mundo –sindicatos, organizaciones civiles, organizaciones patronales- si es para el bien común. Ahora soy un representante gubernamental y mantengo la línea política que siempre he tenido.
swissinfo: ¿Por qué entró en la política?
D.B.: Nací en una familia modesta y pude estudiar en una universidad, gracias a una beca del gobierno cantonal. Naturalmente, tenía que dedicar parte de mi tiempo a la causa pública para retribuir lo que había recibido. Para mí se trataba de una cuestión ética. Sin embargo, poco a poco le fui tomando gusto y me fui quedando.
swissinfo: ¿Por qué actualmente Los Verdes suizos tienen un desarrollo más fuerte que el de sus otros colegas europeos?
D.B:: Las cosas funcionan a veces en forma de olas. Los verdes alemanes y los verdes belgas tuvieron periodos de crecimiento muy fuerte, pero no tuvieron buena resistencia durante su participación en el gobierno, particularmente en Bélgica. En Francia y en Inglaterra, el sistema mayoritario tiende a impedir todo cambio. En Italia, los verdes se sitúan entre el 2 y el 3%.
En Suiza, tenemos dos ventajas: un régimen de democracia directa que permite actuar a través de iniciativas populares y referendos, y el sistema proporcional.
Actualmente, el gobierno suizo está desacreditado. Nos beneficiamos del hecho de no formar parte de él. Por lo demás, en los Ejecutivos cantonales y comunales, la mayoría de los representantes de Los Verdes muestran un comportamiento ejemplar. Son capaces de introducir en su gestión los principios de desarrollo sostenible a escala medioambiental, social y económico.
Todos esos factores hacen que los electores perciban a Los Verdes como una tercera vía que mantiene las conquistas sociales, pero que también es reformista, sin estar estrictamente ligada a los sindicatos, como ocurre con la izquierda tradicional; y que es capaz de hacer reformas con la mayor sutileza posible.
Además, reúne las cualidades de la izquierda tradicional y las de los partidos de derecha en lo que se refiere a la buena gestión. Si asociamos a esto una buena gestión del patrimonio y del medio ambiente, nos identificamos con los intereses del 80% de la población suiza. El hecho de que el Partido Ecologista Suizo progrese no es obra de la casualidad.
swissinfo: ¿En las elecciones legislativas federales de octubre de 2007 los verdes podrían subir de 7,6 a 14% de las votos?
D.B.: Pienso que no. Estimamos que obtendremos entre el 9 y el 11%. Estamos en fuerte crecimiento en la parte francófona del país, principalmente en los cantones protestantes. En la parte germanófona, la progresión es menor.
swissinfo: Aún así, sería posible reivindicar uno de los siete Ministerior del gobierno colegiado federal…
D.B.: Es una hipótesis, pero la dirección de mi partido no se muestra muy entusiasta al respecto. Depende de quién y para qué entrar al gobierno.
Si es para acceder a una casa de siete miembros con un predominio extremista como el del ministro Christoph Blocher (del partido de derecha, Unión Democrática del Centro), la respuesta es ‘no’, ya que no se podría hacer nada.
Si fuera posible una alianza ‘de facto’ con la izquierda y, eventualmente, con los demócrata cristianos, permitiendo avanzar en algunas cuestiones fundamentales, la situación sería diferente.
Si entre los siete miembros del gobierno federal hubiese dos socialistas (como ocurre actualmente), un verde y un demócrata cristiano abierto a los cambios, pienso que la decisión del partido no sería irreversible. Pero estamos lejos de eso y sería preciso alcanzar el 10% a escala nacional.
swissinfo: ¿Cuál debería ser el programa común para tal alianza?
D.B.: Pienso que hay diez o doce puntos esenciales. Por citar algunos: la tasa a las emisiones del CO2, la promoción de energías alternativas como el biocombustible, incitar a hacer ahorros energéticos, al transporte público, apoyo a las PYMES, la igualdad de género, mayor impulso a la agricultura biológica, y nuevos recursos para financiar la ayuda social.
swissinfo: ¿Usted podría ser el ministro verde…?
Siempre he dicho que no podría rechazar una elección al gobierno si yo fuera solicitado por mi partido y en las condiciones mencionadas anteriormente. Pero en el contexto actual, pienso que prácticamente no corro ese riesgo y que probablemente terminaré mi carrera política en Lausana.
Entrevista swissinfo: Claudinê Gonçalves
(extracto traducido del portugués: Patricia Islas)
Daniel Brélaz nació en 1950 en Lausana.
Obtuvo el título de Licenciado en Matemáticas por la Escuela Politécnica Federal de Lausana.
Fue diputado en el Parlamento del cantón de Vaud de 1978 a 1979 y de 1982 a 1983. Fue uno de los primeros verdes en un Legislativo cantonal.
Fue el primer ecologista del mundo en ingresar en Legislativo nacional (1979-1989).
Entró al gobierno de Lausana en 1989. Desde 2001 es presidente municipal de esa ciudad. Fue reelecto recientemente para un nuevo periodo quinquenal.
El movimiento ecologista en Suiza nació en la década de los años 70 en el cantón de Neuchâtel, como reacción a un proyecto para la construcción de una autopista.
Otras secciones cantonales se sumaron en los años siguientes.
Actualmente, los miembros del Partido Verde se encuentran representados en todos los niveles políticos. Accedieron por primera vez a un Parlamento municipal (Neuchâtel) en 1972, a un Ejecutivo municipal (Lausana) en 1977, al Legislativo nacional en 1979 y a un Ejecutivo cantonal (Berna) en 1986.
En las elecciones federales de 2003, Los Verdes obtuvieron 7,4% de los votos. Cuentan con 13 escaños en el Parlamento nacional.
Los Verdes constituyen la mayor formación política en el Legislativo, después de los cuatro que integran el gobierno federal colegiado.
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