Las prisiones de Ginebra están saturadas
La cárcel de Champ-Dollon ha superado el límite de 500 detenidos a mediados de enero. Los guardias que trabajan allí han amenazado con realizar una huelga para obtener una compensación frente a la degradación de sus condiciones de trabajo. Visita guiada.
«¡Sobresaturación = hasta las narices!» Colgadas en la valla exterior de la cárcel, las banderas ponen al espectador en ambiente. «Agresiones, peleas, nuestro trabajo es cada vez más difícil y exigimos un reconocimiento», explica uno de los guardias en el puesto de vigilancia de la puerta de entrada.
Los últimos meses, han bloqueado el acceso de la prisión para obtener aumentos salariales y de efectivos. Aunque, satisfechos tras las conversaciones el pasado martes (27.01), el sindicato «enterró el hacha de guerra». Éste precisó que el Ejecutivo debe firmar un protocolo de acuerdo en la primera semana de febrero.
Por su parte, Laurent Moutinot, el magistrado encargado en el seno del gobierno cantonal, rechazó comentar el comunicado sindical sobre el acuerdo alcanzado entre los funcionarios de prisiones.
Un umbral psicológico
De media, 456 detenidos viven en la «prisión-modelo» construida en 1977 para 270 internos. «Cuando se sobrepasaron los 500 detenidos, pasamos un umbral psicológico, explica Constantin Franziskakis, director de Champ-Dollon. Es una prisión preventiva y tenemos 1.500 movimientos de detenidos por lo menos, es enorme».
Él reconoce que «las condiciones se deterioran». Siete personas se reparten una célula de cinco, incluso de tres.
Para la periodista, es imposible visitar o hablar con los reclusos, debido a las medidas de seguridad. Aunque el guardia abre una célula vacía del cuarto de mujeres, con litera sin somier y mini cuarto de baño.
Después, la visita consistió siguiendo pasillos y de talleres vacíos. Todo el mundo está en sus celdas. De la terraza del techo, se divisa toda la parte de bajo, con un patio alambrado, tres jóvenes mujeres «de paseo». Desde las ventanas, los hombres les reclaman y discuten, formando un guirigay dominado por los acentos africanos.
«Añadir que la mayoría de los detenidos viven a la espera de un juicio, la incertidumbre y la inacción (existen 140 plazas en los talleres ocupacionales), esta promiscuidad es explosiva», añade M. Franziskakis.
«Hay 25 años, han sido los verdaderos mafioso y su violencia se dirigía contre nosotros, manifiesta Michel Demierre, jefe de funcionarios. Actualmente, con la droga, todo ha cambiado y la violencia se cristalizó entre etnias». 70% de los detenidos son extranjeros sin domicilio en Suiza.
«Es muy complicado conseguir la convivencia de africanos, árabes o albaneses. Basta con un poco para provocar una pelea», según Michel Demierre.
Una gran frustración
Otro guardia de prisiones comenta: «Existe una gran frustración. Algunos se sienten incomprendidos y apartados. Tratar de razonar con alguien que intenta cortarse con una navaja de afeitar, él o su vecino… o el funcionario. Hay que tener el corazón sólido y el estómago, a veces».
«La saturación es enloquecedora. En 1977 los reclusos sufrían aislamiento, ahora es junto lo contrario», confirma el abogado Jean-Marie Crettaz. Un gran número de informes de expertos arrojan que la justicia ginebrina recurre demasiado a menudo a la preventiva y por los períodos de internamiento de larga duración. También, los detenidos se compadecen de malos tratos e insultos racistas.
«El comportamiento del funcionario desempeña un papel crucial, comenta un vigilante de La Brenaz, prisión cercana reservada a las detenciones cortas. En un año, no hemos contabilizado ninguna agresión. Creo que los guardias de Champs-Dollon no están lo suficientemente formados. Además, son los policías y no son nada tiernos ni cariñosos».
Reflejo de la sociedad
Multiculturalidad, precariedad, paro, la violencia gratuita aumenta en general. «Una prisión, es el reflejo de la sociedad», remarca Constantin Franziskakis.
Ginebra debe también contar con la proximidad de la frontera y con la delincuencia francesa. También existe la reincidencia y los ataques a la ley sobre la permanencia de los extranjeros. «Encuentro cada día en la calle a pequeños delincuentes que ya había visto en la cárcel.
El problema de los casos psiquiátricos
Por último están los prisioneros que sufren problemas psiquiátricos: «No estamos formados y adolecemos de medios para responder a sus necesidades», reconoce el funcionario jefe, Michel Demierre.
«Se han cerrado los centros para estas personas y los casos psiquiátricos son encarcelados junto a los otros reclusos, lo que ha provocado una clase de penalización del campo médico», reconoce por su parte Constantin Franziskakis.
Afortunadamente, el parlamento cantonal debe aprobar pronto el presupuesto de cara a la construcción de ‘Curabilis’, primer centro de Suiza concebido para los detenidos que hayan cometido delitos con relación con su estado mental. En el perímetro de Champ-Dollon, el lugar ofrecerá 62 plazas de aquí hasta 2012.
Mientras tanto, el cuarto de las mujeres se reorganiza para recuperar una docena de plazas, es una cuestión también de instalar camas suplementarias en La Brenaz… En resumen, con bricolaje.
swissinfo, Isabelle Eichenberger
(Traducción: Iván Turmo)
Hay alrededor de 120 centros de detención en Suiza con capacidad para 6.741 reclusos.
En 2007 se encontraban tras las rejas 5.715 personas (supone un descenso del 3% con relación a 2006).
Las mujeres ocupan el 6% de la población carcelaria; los adolescentes, el 1%.
Más del 80% de los detenidos son extranjeros y la mitad de ellos tienen estancia ilegal en Suiza.
Los extranjeros son objeto de dos tercios de las condenas.
En 2008, 2.652 detenidos (con 148 mujeres) han pasado por Champ-Dollon.
El 67,3% de éstos eran extranjeros con residencia en el extranjero, 58,5% de éstos son musulmanes.
El 52,2% tenían entre 20 y 29 años.
El 25% fueron liberados en los primeros 8 días.
El número total de noches alcanzaron los 167.264
Ahora que Suiza debe votar acerca de la ampliación de la libre circulación de personas para Rumania y Bulgaria.
Desde 2004 los residentes de estos países podían estar en Suiza durante tres meses.
En 2008, no se registró ningún aumento de la criminalidad de ciudadanos de ambos países.
Los internos rumanos representan sólo el 0,5% del total de detenidos.
Champ-Dollon aloja a 60 rumanos y a 15 búlgaros.
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