Luz verde para los acuerdos bilaterales bis
La Unión Europea ha eliminado los últimos obstáculos para la conclusión de la segunda ronda de negociaciones sectoriales con Suiza.
El compromiso global, que preserva el secreto bancario, será adoptado oficialmente el próximo miércoles en Bruselas.
Los optimistas llevaban razón. La tenacidad del Gobierno helvético ha valido la pena. Los representantes de los 25 países miembros de la Unión Europea (UE) han aceptado el proyecto global que negociaron Suiza y la Comisión Europea a fines de abril.
El acuerdo requiere todavía la adopción formal, prevista para el próximo lunes, por los ministros comunitarios de Asuntos Exteriores. De aquí a esa fecha, los 25 deberán despejar las dificultades que plantean las exigencias de Luxemburgo.
Berna sale del apuro
El ‘paquete’ de las denominadas bilaterales bis (la segunda ronda de negociaciones sectoriales entre Suiza y la UE) está cerrado. Berna ha logrado imponer su posición en todos los sectores negociados.
En primer lugar, los 25 terminaron por aceptar la condición helvética del ‘paralelismo’ de los expedientes.
En la directiva relativa a la fiscalidad del ahorro, Suiza se sumará a la lucha contra el fraude fiscal, pero preservará su secreto bancario.
En los otros dos temas espinosos – la adhesión a los tratados de Schengen y la lucha contra el fraude aduanero – los suizos han logrado conservar el secreto bancario.
Berna colaborará plenamente en el ámbito de la fiscalidad indirecta, pero ha conseguido una derogación permanente en lo que respeta a la fiscalidad directa.
El tiempo apremia
“Es un compromiso. Había voluntad de concluir las negociaciones”, señala un alto funcionario. Los logros obtenidos en las últimas semanas son sorprendentes.
Todas las esperanzas de poder llevar a término las negociaciones se desvanecieron la semana pasada, cuando los 25 – y en particular los diez nuevos miembros – emitieron un sinfín de reservas.
Los checos eran partidarios de mostrar una “flexibilidad nula” hacia las posiciones helvéticas.
Todo parece indicar que este jueves los diez nuevos miembros de la UE se dieron por satisfechos con la suma que Suiza está dispuesta a asignar al Fondo de Cohesión. El Gobierno de Berna anunció que pagará 200 millones de francos suizos durante un periodo de cinco años.
La UE no ha tenido más remedio que ceder porque el tiempo apremia. Y es que Bruselas tiene que concluir, de aquí a fines de junio, las negociaciones con terceros países sobre la directiva relativa a la fiscalidad del ahorro para que ésta pueda entrar en vigor el 1 de enero del 2005.
Suiza y Luxemburgo: mismo combate
Las cosas se complicaron a última hora con las exigencias de Luxemburgo, que también ha logrado imponerse y preservar su secreto bancario. La UE ha acordado al Gran Ducado garantías, según las cuales los 25 se comprometen a preservar el “equilibrio” que ha negociado la UE con países terceros en el ámbito de la fiscalidad del ahorro.
Esto significa que el día en que la UE se proponga suprimir el principio de doble incriminación (un delito debe ser reconocido en los dos estados), Luxemburgo y Suiza no estarán obligados a suscribirlo.
“Lo que se ha logrado es perpetuar una situación en lo que concierne a la directiva sobre la fiscalidad del ahorro. Para avanzar se necesitará el acuerdo de Luxemburgo y de Suiza”, señala un observador.
No obstante, el acuerdo prevé que habrá que tener en cuenta los “desarrollos internacionales”, es decir, la evolución del debate sobre los paraísos fiscales en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La reunión a alto nivel tendrá lugar el próximo 19 de mayo en Bruselas. El presidente suizo, Joseph Deiss, y la jefa de la diplomacia helvética, Micheline Calmy-Rey, acudirán a cita. La Unión Europea estará representada por el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, y la Comisión Europea por su presidente, Romano Prodi.
Satisfacción en Berna
En Berna, Joseph Deiss expresó la “satisfacción” del gobierno tras el anuncio de los embajadores de la UE. El presidente suizo confía “en que se logre alcanzar un acuerdo político” el próximo miércoles.
“Será el Gobierno quien decida si el resultado obtenido en las negociaciones en Bruselas es aceptable para Suiza”, declaró Deiss a la radio suiza de expresión francesa.
Tres de los cuatro partidos que integran el gobierno colegiado helvético comparten la satisfacción del Ejecutivo: el socialista, el demócrata cristiano (centro derecha) y el radical (derecha liberal).
La Unión Democrática del Centro (UDC), principal fuerza política opuesta al acercamiento de Suiza a la UE, ya ha anunciado que analizará en detalle los pormenores del acuerdo, en especial los artículos relativos al tratado de Schengen.
“Consideramos que se trata de un acuerdo entre Estados y que, por consiguiente, tiene que ser sometido a un referéndum obligatorio”, declaró el portavoz de la UDC, Simon Glauser.
swissinfo, Barbara Speziali, Bruselas
(Traducción: Belén Couceiro)
El nuevo paquete de acuerdos bilaterales entre Suiza y la Unión Europea incluía inicialmente diez sectores:
Servicios, pensiones, productos agrícolas transformados, estadística, educación, formación profesional, juventud, medios informativos, fiscalidad del ahorro, lucha contra el fraude, cooperación judicial, policial, así como en los ámbitos del asilo y la inmigración (tratados de Schengen y Dublín).
Las negociaciones sobre la liberalización de los servicios se interrumpieron dada la complejidad del expediente.
El proyecto de compromiso que los 25 han aceptado incluye también la extensión del acuerdo de libre circulación de personas a los diez nuevos miembros de la UE, así como el compromiso de que Suiza asigne una contribución al Fondo de Cohesión.
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