Cambios en la Guardia Suiza Pontificia
Este 6 de mayo tuvo lugar la ceremonia de juramento de 32 nuevos miembros del ejército más antiguo y más pequeño del mundo. Su comandante, el suizo Daniel Anrig, mencionó en la víspera que no descarta en un futuro a mujeres en sus filas.
Para ingresar en la Guardia Pontificia los candidatos deben ser varones, suizos, católicos, solteros, tener entre 19 y 30 años, una estatura mínima de 174 cm, un diploma de formación profesional y una conducta intachable.
Si bien sólo se trató de un comentario del comandate de la Guardia Suiza Pontificia durante la emisión televisiva ‘Studio Aperto’ de la cadena Italia 1, sus palabras se han reproducido por diversos medios de comunicación:
«Puedo imaginarlas en diversos puestos. Podríamos pensarlo», mencionó Anrig.
Su frase ha tenido eco puesto que, en primer lugar, aborda un órgano del Vaticano que en sus 503 años de historia no ha sufrido grandes modificaciones en el modo de elección de sus miembros.
Por otra parte, la visión de Anrig choca con la de su antecesor, Elmar Mäder, quien afirmó hasta el fin de su mandato, a finales de 2008, que era prácticamente imposible que mujeres pudiesen forman parte del ejército pontificio.
Mäder argumentaba el impedimento por cuestiones de espacio, puesto que los 110 guardias del Papa viven en reducidos cuarteles dentro del Vaticano.
La cúpula vaticana decide los requisitos del cuerpo de guardias
Al parecer, Daniel Anrig -a cargo de la Guardia Suiza Pontifica desde el 1º de diciembre-, es más práctico, al mencionar que cualquier inconveniente logístico puede resolverse.
Sin duda, él sólo pensaba en ese aspecto al momento de su observación, pues quien decide los requisitos de ingreso al ejército más antiguo del mundo son las propias autoridades vaticanas. El reglamento de la Guardia Suiza Pontificia fue revisado incluso en 1979 por el propio Papa Juan Pablo II.
«Por el momento, [la inclusión de mujeres] no está planteada. Tendría que haber algunos cambios que tendrían que venir desde la misma cúpula vaticana», señala a swissinfo el sacerdote David Gutiérrez, al frente de la sección en español de Radio Vaticana.
«Las reglas continúan como las ha fundado el propio Papa Julio II, que siguen siendo las características de ser suizos, católicos, varones… Entonces, la idea de la conformación de ese cuerpo, al menos por ahora, seguirá siendo esa, debido a las condiciones del cuartel donde ellos se alojan dentro de la Ciudad del Vaticano».
Según la legislación vaticana, la Guardia Suiza es una formación militar. De hecho sólo admite a suizos que hayan participado en el ejército helvético. No obstante, la Confederación no considera a la Guardia Suiza Pontificia como un ejército, sino como un cuerpo privado de policía, puesto que la Suiza moderna no permite a sus ciudadanos cumplir servicio en un ejército extranjero.
Origen en la tradición mercenaria suiza
No obstante, el minúsculo ‘Ejército del Vaticano’ es el primer vestigio de la larga tradición mercenaria helvética. En el pasado, cientos de suizos se ofrecieron al servicio de defensa de otros países como forma de obtener ingresos, en tiempos de gran pobreza e inestabilidad en Europa.
Fue en los campos de batalla que los suizos de entonces se forjaron su reputación de buenos combatientes, al grado de que el Papa Julio II decidió elegirlos como sus defensores personales.
Justo en esa tarea, el 6 de mayo de 1527, unos 147 guardias suizos murieron al defender a Clemente VII de los ataques de mercenarios al servicio del emperador Carlos V de Alemania y I de España, durante el ‘Saqueo de Roma’.
Por ello, cada 6 de mayo la Guardia recuerda ese acto heroico y recibe el juramento de sus nuevos reclutas en el Patio de Dámaso, tras una preparación de doce meses. Un área cerrada al público en el interior del Vaticano.
Esta vez, cada uno de los 32 nuevos reclutas venidos de todos los rincones de Suiza -25 hablan alemán, cuatro francés, uno italiano y uno de romanche-, juran tomando con la mano derecha la bandera pontificia con estas palabras, expresadas en su idioma:
«Juro servir con fidelidad, lealtad y honor al Supremo Pontífice Benedicto XVI y a sus legítimos sucesores y dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando incluso, si es necesario, mi propia vida».
Patricia Islas Züttel, swissinfo.ch
La Guardia Suiza Pontificia está compuesta por 110 soldados.
Los requisitos de admisión: ser varón, tener nacionalidad suiza, entre 19 y 30 años de edad, una estatura mínima de 174 cm, ser de religión católica-romana, haber efectuado el servicio militar en Suiza, poseer un certificado de bachillerato o documento similar. En el momento del reclutamiento, deben estar solteros, pero pueden contraer matrimonio posteriormente.
Duración mínima del servicio: 2 años, más doce meses de preparación.
Salario: 1.800 francos mensuales libres de impuestos. El alojamiento está incluido.
La Guardia Suiza Pontificia fue creada por el Papa Julio II en 1506 para su defensa personal.
Es el ejército más antiguo y más pequeño del mundo.
En 2006 celebró sus 500 años de existencia.
El 6 de mayo de 1527, durante el Saqueo de Roma, 147 soldados suizos murieron en una batalla contra 20.000 lansquenetes alemanes (mercenarios) por defender la vida del Papa Clemente VII.
En recuerdo a este acto de lealtad, los Pontífices sucesivos no quisieron renunciar a la Guardia Suiza.
En el pasado, además de la Guardia Suiza, existían también la Guardia Noble (fundada en 1801) y la Guardia Palatina (creada en 1850) para proteger al Vaticano.
En 1970, el Papa Pablo VI decidió suprimir todos los cuerpos militares del Vaticano, a excepción de la Guardia Suiza.
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