Sri Lanka en busca de la paz
El jefe de las negociaciones de paz y vocero político de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE) se entrevistó con el Gobierno suizo.
Anton Balasingham, encargado de los preparativos del proceso de paz en Sri Lanka, estuvo en Berna este 24 y 25 de mayo, invitado por el Ministerio suizo de Asuntos Exteriores, para hablar sobre el próximo inicio de los diálogos de paz en ese país.
Esta propuesta surge a partir de la firma, en febrero pasado, de un acuerdo de alto el fuego entre el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, y el jefe de los LTTE.
Los dos encuentros – en el Ministerio de Asuntos Exteriores y con miembros de la sociedad civil suiza, así como de la diáspora tamil en Berna – fueron organizados por la comunidad de tamiles en Suiza, en el contexto de la preparación de las próximas conversaciones de paz.
Aún sin definir el escenario para la realización de las mismas, se mencionó la posibilidad de efectuarlas en junio, en Tailandia o Londres.
En este momento, indicó Anton Balasingham, los diálogos de paz no se han podido iniciar porque el LTTE está proscrito, debido a su inclusión en la lista de grupos terroristas de los Estados Unidos.
«El 11 de septiembre tuvo un impacto global sobre todos los movimientos de liberación. Tiene que haber una forma coherente de categorizar terrorismo y luchas de liberación. Necesitamos dignidad y reconocimiento para un proceso de paz», puntualizó.
«Nosotros ponemos dos condiciones para dar inicio a los diálogos: que el ejército esrilanqués deje de hostigar a nuestra población y se retire de todas las áreas habitadas por población civil tamil en la isla, es decir, que vuelva a sus campamentos militares. La otra condición es que se deje de proscribir al LTTE.»
«Un aspecto positivo a destacar es el levantamiento del embargo económico (que duró 10 años) del gobierno de Sri Lanka sobre los territorios controlados por el LTTE», enfatizó Balasingham.
Importancia de la comunidad Internacional
El vocero del LTTE insistió en la importancia de la presión internacional porque el sistema de gobierno bicameral de Sri Lanka ha llevado a la paradójica situación de que el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, respaldado por el Parlamento, firmase el alto el fuego, mientras que la presidenta Chandrikah Kumaratunga, rechaza dicho acuerdo.
Conviene tener presente que en esa compleja situación, la presidenta Kumaratunga es, además, la cabeza del ejército y tiene el derecho al veto y a disolver el Parlamento después de un año de estar en el poder, plazo que vence el próximo 4 de diciembre. Esto podría anular todo el proceso de paz, en caso de que se pusiera en marcha.
Tanto el vocero del LTTE como Brigitte Morgenthaler, encargada en la Oficina de Migración de las Iglesias Reformadas de los cantones de Berna y del Jura y con un mandato de paz desde hace seis años, insistieron en la importancia del papel de la comunidad internacional para que no se rompan estos acuerdos y se puedan iniciar los diálogos y un proceso de paz.
Papel de Suiza
Jacqueline Jallman, encargada de Sri Lanka en el Ministerio helvético de Exteriores, comunicó a swissinfo que Suiza apoyará estos diálogos en caso de que sea necesario.
Anton Balasingham manifestó, por su parte, que en su conversación con el Gobierno suizo en ningún momento se tocó el tema de la repatriación de los refugiados tamiles en Suiza, y que tampoco se formuló pregunta alguna sobre los refugiados tamiles en territorio helvético.
Sin embargo, Martin von Egmont, asistente social de la Iglesia de la Trinidad de Berna, mencionó que el Gobierno helvético sigue promoviendo el retorno de la población tamil refugiada en Suiza.
Interrogado sobre qué esperan del Gobierno suizo, Anton Balasingham dijo a swissinfo: «Pedimos a Suiza y a Noruega que nos ayuden a eliminar dos millones de minas antipersona, y de esta manera ayudar a la gente desplazada interna a retornar a su lugar de origen, y también la posibilidad de que la gente pueda movilizarse libremente.»
«Asimismo les pedimos ayuda humanitaria, colaboración para el reasentamiento de desplazados internos y apoyo para reconstruir la infraestructura interna totalmente devastada por la guerra. Solicitamos realizar todo ello a través de ONG y organizaciones cívicas locales hasta que no se consoliden nuestras estructuras estatales.»
Sri Lanka es, junto con Colombia, Burundi, República Federal de Yugoslavia y Mozambique, uno de los cinco países en los que el Gobierno suizo desarrolla una política de paz.
Por su parte, Brigitte Morgenthaler destacó a swissinfo que han creado un grupo denominado ‘Hope for tamils’ (Esperanza para los tamiles), integrado a su vez por dos parlamentarias y dos pastores de la Iglesia Reformada. Su principal objetivo consiste en persuadir al Gobierno suizo de apoyar los diálogos de paz en Sri Lanka.
«Nosotros apoyamos a los tamiles porque son los que más han sufrido el terror del Estado, no obstante, buscamos también establecer contactos con la iglesia cingalesa y parte de la sociedad civil en el sur de la isla para incluir a ambas partes en una futura reconstrucción y pacificación», declaró Brigitte Morgenthaler.
Repatriación de los refugiados tamiles
Actualmente hay un millón de tamiles desplazados internos, además otro millón de refugiados en el mundo, entre los cuales 100.000 se encuentran en la India y 30.000 en Suiza.
«Parte de nuestra gente está viviendo en Suiza desde hace 20 años y ha realizado una importante contribución a este país», subrayó Anton Balasingham.
Interrogado sobre cómo manejar los problemas interculturales que se pueden presentar con el regreso de refugiados tamiles procedentes de tan diversos países, Anton Balasingham, contestó:
«Tenemos una comunidad nativa muy fuerte y muy patriótica, y se dará una lenta y fuerte asimilación a esta comunidad nativa en nuestro país, parecida a la del pueblo judío en Israel».
(Re)construcción de la `Patria Tamil´
Según Anton Balasingham, Estados Unidos tiene un interés global geopolítico, por lo que no ayudará a la construcción de un modelo de país independiente, sino a una autonomía o a un país federalista.
«Nuestra lucha lleva ya 50 años; en el fondo se remonta a 2.500 años atrás de luchas entre los reyes tamiles y cingaleses que desembocaron en el conflicto étnico actual. Esto nos muestra que la coexistencia entre nosotros es imposible. Por eso queremos y necesitamos países independientes.»
Proyecto de una nueva sociedad
Anton Balasingham destacó que no tienen los mismos problemas de clase que en otros países porque la suya es una estructura social hindú, donde el principal problema es un sistema de castas altamente represivo y discriminatorio.
«Queremos eliminar este sistema y construir una sociedad igualitaria, sin diferencia de castas, donde hombres y mujeres tengan los mismos derechos y haya una auténtica liberación de las mujeres.»
«Queremos trascender la superstición, las ideologías y la religión, y construir una nueva sociedad basada en la educación, la tecnología y la ciencia, porque no queremos depender de la presión de sistemas globales como por ejemplo la del Banco Mundial. Queremos construir nuestra propia economía», concluyó.
Marina Gartzia
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