También Suiza vivió su Mayo del 68…
Suiza no vivió escenas tan espectaculares como Berkeley, Milán, París, Berlín, Tokio, México o Praga, pero también fue alcanzada por la ola libertaria.
El movimiento de la generación del ‘baby boom’ contra la rigidez de los años 50, con fondo de alta coyuntura y un tenso contexto internacional, acabó en una revolución sociocultural.
Pacifismo, rechazo de la autoridad, de lo atómico o del consumismo, revolución sexual o cultural, vida comunitaria o retorno a la naturaleza, el eslogan «prohibido prohibir», también llegó a Suiza.
«La historia que va de 65 a 75 es muy compleja porque hay una inmensa diferencia de percepción entre las fuertes imágenes de la época y los acontecimientos mismos», destaca Hans-Ulrich Jost, historiador.
Todo surgió en la universidad, «una institución medieval que cambió sólo con la llegada de la educación de masas», según Pierre Ducrey, antiguo rector de la Universidad de Lausana.
Sindicalismo estudiantil…
El sindicalismo estudiantil se construyó sobre las reivindicaciones para la democratización de los estudios y la participación en los programas de enseñanza. Locarno, Zúrich, Ginebra, Basilea o Berna conocieron a las asambleas verbosas, las ocupaciones y… los enfrentamientos izquierda-derecha.
Luego los eslóganes se extendieron a la carestía de los alquileres, los transportes, la cultura. Pero sin violencia, salvo una manifestación monstruo por un centro autónomo que arrojó un saldo de sesenta de heridos a finales de junio de 68 en Zúrich.
Peter Niggli, colegial en la época y actual director de Alliane Sud, se lanzó a la militancia «por solidaridad con los otros, porque estaba consternado por las brutalidades policiales».
Economista liberal, Beat Kappeler participó en la ocupación de la rectoría de la Universidad de Ginebra en febrero de 69. «Con el movimiento hippy era el reino de la fantasía y aprovechamos la oportunidad para oponernos a la moral victoriana de nuestros padres, para buscar modos de vida más libres».
… y grupúsculos de izquierda
Kappeler continuó sus estudios en Berlín Oeste: «ahí era el marxismo puro y duro». En medio de aquellos «que querían cambiar la vida y los que querían conquistar el poder», este ciudadano de Argovia optó por el Partido Socialista, antes de distanciarse.
Ariel Herbez confía a swissinfo: «como muchos suizos, me desperté un poco más tarde que los franceses. Pero más bien en reacción contra los grupúsculos doctrinarios y sectarios que monopolizaban el debate». Actual redactor del diario en lengua francesa ‘Le Temps’, en 1971 fue cofundador del periódico ‘Tout va bien’ (Todo está bien), de Ginebra.
Anarquistas, maoístas, trotskistas, estos grupúsculos habían nacido de escisiones que sangraron al Partido Comunista, tras la represión de la ‘Primavera de Praga’ por las tropas soviéticas en agosto de 68.
La picota de los años 50
Sea enfundados en otras vestimentas o con el corazón siempre a la izquierda, los actores del 68 llegan a la jubilación. La derecha dura de Christoph Blocher exhorta a «pasar la página del relativismo intelectual y moral de 68».
Pero el movimiento partió de una rebelión contra el conservadurismo, recuerda el historiador de Lausana, Jean Batou. «Un viento helado venido de los años 50 soplaba sobre la sociedad, que se debatía entre la Guerra Fría y la visión patriarcal de la vida. Además, los dirigentes suizos, que no habían cambiado con la II Guerra Mundial, cultivaban un ‘complejo de ciudadela'».
Hay también un contexto económico. «Vivíamos en la euforia de un crecimiento desigual, pero también el revuelo de la urbanización y de la sociedad de consumo a la americana», explica Hans-Ulrich Jost.
«La modernidad postindustrial, con el desarrollo de los servicios, las centrales nucleares o las autopistas, todavía es definida como positiva, pero, al mismo tiempo, a pesar de la impresión de estabilidad, provoca un malestar entre la autoridad y algunos grupos».
Por y contra
Además del rechazo al capitalismo, reinaba también el miedo a «la bomba» (atómica), el repudio a la guerra de Vietnam y a las dictaduras, así como la solidaridad frente a los nuevos Estados independientes.
«Estas ideas desembocaron en el movimiento altermundialista, prosigue Jean Batou. Pero el gran cambio en Suiza fue que los individuos y las colectividades se hicieron responsables de su destino, de los asuntos públicos, hasta entonces reservados a una élite masculina, militarista y de edad».
Para Peter Niggli, «68 cambió las relaciones sociales, emancipó a los individuos y a las mujeres -debilitado los comportamientos autoritarios del Estado-, y democratizó la vida. En cambio, el movimiento anticapitalista fracasó totalmente».
Beat Kappeler opina de manera diferente. «Nuestra generación, de izquierda como de derecha, tuvo las palancas del poder e influyó en la legislación. Pero las reivindicaciones de los ‘derechohabientes’ se ampliaron a todos los campos de la vida, hasta tal punto que todo debía ser permitido. Estas ideas envejecen mal y hacen irresponsable a la gente».
Lo que es seguro, es que hay una «antes» y un «después», tan seguro como que la TV en blanco y negro pasó al color.
swissinfo, Isabelle Eichenberger
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
El Fondo Nacional de la Investigación Científica lanzó un programa de investigación ‘El movimiento del 68 en Suiza’.
Del 4 abril al 10 de agosto exposición ‘Una Suiza rebelde. 1968-2008’ en el Museo Histórico de Lausana.
Del 12 de septiembre al 28 de junio de 2009: exposición ¡Revoluzzer! 1968 und heute’ en el Museum de Liestal.
2-3 de mayo: Coloquio internacional en las Universidades de Lausana y Berna.
Verano del 67: Manifestaciones contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos.
Otoño del 67 en Italia: Ocupación de las universidades católicas de Milán y Turín.
Marzo del 68 en Locarno: Estudiantes ocupan la Escuela Normal para protestar contra los programas educativos.
Alemania, 11 de abril: atentado contra Rudi Dutschke, líder de los estudiantes socialistas.
París, 13 de mayo: sindicatos y partidos de izquierda se unen a los estudiantes en una manifestación de un millón de personas contra el general De Gaulle.
Ginebra, 14 de mayo: manifestación contra el Día del Ejército.
22 de junio: millares de manifestantes protestan contra la guerra de Vietnam en las grandes ciudades.
Zurich, el 28/30 de junio: 3000 personas manifiestan contra la evacuación del centro autónomo en la antigua tienda Globus. Los enfrentamientos con la policía arrojan un saldo de 60 heridos.
Delémont, 30 de junio: ocupación de la prefectura por 150 separatistas del Jura.
Praga, 21 de agosto: sofocación de la ‘Primavera de Praga’ por los soviéticos.
Ginebra febrero del 69: ocupación de la rectoría de la Universidad.
Basilea, junio del 69: las manifestaciones por la gratuidad de los transportes públicos se extienden a otras reivindicaciones.
Lausana, mayo del 71: el Comité Acción Cine reclama por los precios de las entradas y amplía sus reivindicaciones.
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